Columna publicada originalmente el domingo 27 de septiembre en los diarios La Voz y 2001
En un país de memoria corta, donde la vida y la muerte transcurre en ráfagas, en el que la clase política gobernante jamás presenta balance al pueblo de lo que hace y de lo que gasta, puede resultar extraño que un vocero político haga un alto en su labor para rendir cuentas a la ciudadanía. Ese es, sin embargo, nuestro caso. Ahora, cuando el pasado jueves 24 de setiembre se cumplió un año exacto de mi designación como Secretario Ejecutivo de la Unidad , utilizo este espacio para presentar mi particular “memoria y cuenta” a los venezolanos.
DE DONDE VENIMOS…
Durante buena parte del año 2014 la oposición venezolana enfrentó una situación interna compleja, dura. Esta situación de confrontación interna generó roces y traumas que determinaron incluso la renuncia del destacado venezolano que entonces ocupaba la Secretaria Ejecutiva de la Unidad. Tras esa renuncia pasaron nueve semanas sin que la alianza opositora pudiera ponerse de acuerdo sobre un eventual sustituto. Para principios de septiembre del 2014 en el país avanzaba la crisis económica que hoy es evidente y explosiva, y la protesta social sacudía ya hasta a las bases del oficialismo. Pero la oposición, absorta en su drama interno, no podía dar respuesta eficiente a esas realidades.
EL INICIO DE LA REUNIFICACIÓN
Fue en esas condiciones especialmente complejas que se produjo por unanimidad nuestra designación como secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática. “Decisión atípica en una situación atípica”, como bien dijera en ese tiempo el periodista venezolano Rafael Poleo, pues recayó tal designación en alguien que no es dirigente político sino activista social. Iniciamos el ejercicio de esta responsabilidad asumiendo que teníamos por delante tres retos fundamentales: reunificar a las fuerzas democráticas: reenfocar el discurso y la acción política opositora para colocarla en sintonía con las angustias y esperanzas de los más pobres y de la clase media empobrecida; y mejorar la organización interna y el posicionamiento externo del campo democrático para que se convirtiera en (y fuera percibido como) una real alternativa de poder, en el marco de una estrategia democrática, electoral, pacífica y constitucional.
CINCO HITOS EN EL CAMINO A LA VICTORIA
Así como el movimiento se demuestra andando, la unidad solo se construye y fortalece trabajando unidos. Por eso, en lugar de declaraciones de unitarismo retórico promovimos dinámicas de lucha y trabajo que, al ser abordadas de manera conjunta, ayudaron a restablecer confianza y a reconstruir puentes de comunicación. Cinco hitos podemos señalar en este camino de victoria:
1) En diciembre de 2014 enfrentamos juntos la maniobra oficialista de “renovar” los poderes públicos en la Asamblea Nacional. La Unidad enarboló la consigna: “Aquí no hay negociación, aquí hay Constitución”, negando nuestro voto a todos los candidatos y procedimientos inconstitucionales del oficialismo, lo que hoy nos da la autoridad moral y política para (en la próxima AN con mayoría democrática) hacer los ajustes que sean necesarios en tales designaciones, para poner a los titulares de esas instituciones en correspondencia con nuestra Carta Magna.
2) El 23 de Enero de 2015, en acto público realizado en El Morro de Petare con la presencia de todos los partidos y todos los líderes de la Unidad, emitimos un documento con la visión compartida que la Unidad tiene de la crisis nacional. Los rasgos fundamentales de esa visión: La naturaleza profunda de la crisis es económica y social, y la solución posible y necesaria debe ser electoral y pacífica. Tener una visión compartida de la crisis, consensuada y establecida desde principios de año, es lo que nos ha permitido actuar como asertividad y eficacia frente a los cambiantes escenarios, dando respuesta y actuando proactivamente SIEMPRE sin perder el foco NUNCA
3) El 17 de Mayo de 2015 realizamos las primarias de la Unidad, tan exitosas que aun hoy al mencionarlas los voceros del gobierno no puede evitar mostrar su indignada frustración. Estas primarias no sólo duplicaron la participación popular que en las primarias anteriores, sin que además arrojaron un renovado mapa de la oposición democrática, lo que facilitó y aceleró el proceso de construcción de congruencia y gobernabilidad interna.
4) El 22 de Julio de 2015 la Mesa de la Unidad Democrática llegó a un conjunto de acuerdos fundamentales que nos permitió anunciar el 30 de Julio lo que el país estaba esperando: Tarjeta Única, Comando de Campaña unitario y estrategia común para arrasar en las elecciones del 6D
5) El 19 de Septiembre, en multitudinarias manifestaciones que se realizaron simultáneamente en todo el país, la Unidad realizó el arranque de nuestra CAMPAÑA SOCIAL “Venezuela Quiere”, una campaña afincada en los temas de la gente, en la realidad del venezolano, haciendo énfasis en los sectores populares y en la clase media empobrecida y agredida.
LA PERSPECTIVA
De allí venimos: De la confrontación intestina, que nos hacia ineficientes frente al drama real de los venezolanos. Así estamos ahora: Unidos, cohesionados, con una estrategia que privilegia el drama social de las mayorías como razón básica para el cambio. Venimos de aquella situación de precariedad y desencuentro, a este panorama en que estamos venciendo ampliamente al régimen, en las encuestas y en la calle. En este proceso todos los logros pertenecen al pueblo venezolano que ha exigido UNIDAD, y a las direcciones partidistas que han tenido la madurez para responder positivamente a esa exigencia.
Hoy, desde los barrios que son nuestro espacio natural de vida y trabajo, afirmamos que la perspectiva de cara al 6D es de lucha: ¡Estamos ganando ampliamente, si, pero que nadie se instale en el triunfalismo! Tenemos 70 días para optimizar la inmensa maquinaria social que derrotará al Petro-Estado y que defenderá esa victoria, en las mesas y en la calle, con la movilización pacífica, constitucional y contundente del pueblo en todo el país. ¡Palante!
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