Columna publicada originalmente en los diarios La Voz y 2001 el domingo 27-08-2017
"¿Para qué se retó a la
administración derechista de EE.UU? ¿Para victimizarse luego? ¿Para construir
una épica que compense los errores propios?"
EN EL CHAVISMO CREEN
MÁS A TRUMP QUE A MADURO
Así se lo pregunta en su cuenta
en la red social Twitter el filósofo y profesor chavista Javier Biardeau
(@jbiardeau), refiriéndose a las nuevas sanciones impuestas por el presidente
norteamericano Donald Trump, esta vez no contra individuos sino contra los
mecanismos de financiamiento del régimen. "¿Por que se extrañan de las
sanciones? NO leyeron que la administración Trump ya había anunciado sus
amenazas directas antes del 30-J...", continúa Biardeau, y recuerda:
"Antes del 30-J advertíamos que íbamos hacia una trampa, hacia una calle
ciega, hacia un campo minado, ¿Cómo salir de la peor trayectoria?".
Las reflexiones de este pensador
chavista revelan que la operación de "victimización" del régimen no
logra engañar ni siquiera a las audiencias internas del oficialismo, que
aquella idea de provocar "la ira del Imperio" para unir al país
detrás de un Maduro abrazado a la bandera nacional es un fracaso total y que
-después de 12 trimestres consecutivos con el peor desempeño económico del
planeta- pretender achacar ahora la culpa del desastre de la economía
venezolana a las sanciones de Trump es una patética necedad.
EN LA OPOSICIÓN NADIE QUIERE
HACER EL BALANCE DE "LA HORA CERO"
Pero también en el campo
opositor hay reflexiones lúcidas que hacen ruido a los optimismos corporativos.
En su más reciente artículo ("Diez lecciones de una derrota", PolitikaUcab.net), el profesor Benigno Alarcón
-Director del Centro de Estudios Políticos de la UCAB- hace la evaluación que
quienes dirigieron las jornadas de lucha de los últimos cuatro meses han
querido escamotearle al país, y su conclusión es contundente: "Los demócratas
hemos perdido el pasado 30 de Julio una nueva batalla contra la barbarie
autoritaria...".
Para Alarcón, "En más de
tres meses de confrontación fue notable la ausencia de un manejo estratégico de
la protesta.... Sin dudar de sus buenas intenciones, resultó obvio que nunca
tuvieron claros los objetivos, lo que se podía lograr y lo que no, ni el tipo
de protesta que es efectiva y tiene incidencia. Eso degeneró en formas que,
lejos de incidir sobre el régimen, lo hizo contra otros ciudadanos que
compartían la misma causa...". Según este catedrático opositor, "los
responsables de la toma de decisiones políticas parecieron olvidar que el
aumento de los costos de represión, a través de la protesta, no genera cambios
políticos por sí mismo. La protesta es un medio, no un fin, y mal utilizada
puede generar costos más altos para los manifestantes que para el
Gobierno".
LOS REYES DESNUDOS Y LAS
SANCIONES DE MR. TRUMP
Al leer a Biardeau y a Alarcón,
y al contrastar sus planteamientos con lo que escuchamos en la calle en nuestro
diario trajinar en barrios y urbanizaciones, recordamos el cuento "El
Traje Nuevo del Emperador", con la variación de que aquí son dos los
"reyes" que han quedado desnudos: Dos direcciones políticas, la que intenta aferrarse al
poder y la que dirigió "La Salida parte 2", ambas erráticas, ambas
extremadamente costosas, ambas incapaces hasta ahora de hacer una oferta
sostenible de futuro, pero ambas convencidas, en medio del desastre, que tienen
el monopolio de la verdad...
Mientras esto ocurre en esas
direcciones políticas, en el planeta Tierra, en la Venezuela real, pasan cosas
espeluznantes: Los ocho niños que murieron en el Hospital de Niños JM de los
Ríos porque las máquinas de diálisis están contaminadas o sin los filtros
requeridos, el bebé que murió esta semana en Bolívar de difteria en un hospital
que no tenía ni penicilina, y el niño que falleció literalmente de hambre en el
Hospital Domingo Luciani de El Llanito, no son "víctimas de las
sanciones". En todo caso, quien los "sancionó" no fue Trump,
sino una supuesta revolución que después de mandar 18 años manejando más dinero
que ningún gobierno anterior, ahora prefiere provocar una catástrofe con tal de
no presentar ante el pueblo el balance de su corrupto paso por nuestra
historia.
LÍDERES "POPULARES"
QUE NO SABEN QUE ES LA "LOTERÍA DE ANIMALITOS"
Mientras la dirección política
oficialista juega a la guerra y la dirección opositora evade hacer el balance
que explique cómo se pasó de "La Hora Cero" a las elecciones
regionales, en los mercados muchos deambulan aterrados por los precios de los
alimentos, precios que no tardarán una semana en volver a subir, mientras
muchos otros que no pueden ya ir a los mercados se aglomeran en los alrededores
de los lugares donde comercios y restaurantes arrojan sus desperdicios... Los
ancianos jubilados no pueden retirar completas sus
magras pensiones de los bancos, y las fracciones que logran cobrar se las pagan
en billetes de ínfima denominación... la falta de efectivo empuja a la
desesperación e incluso al hampa a personas cuyos oficios los hacían depender
de las "propinas"... una oleada de quiebras en comercios y pequeñas
empresas, junto a disfrazados despidos masivos en la administración pública,
echa a las calles a una multitud desesperada que constata que en la Venezuela
sin empleo también se acabó el "rebusque" y la gente en los barrios
busca sobrevivir comprando o vendiendo la resurrecta "lotería de
animalitos"... todo un calvario que el régimen ignora y que rara vez
encuentra espacio o al menos eco en el discurso de una oposición concentrada en
lo jurídico-político, y olvidada hace mucho de lo económico y social.
ALLÍ VIENE LA INVASIÓN...
Ya está dolorosamente comprobado
que no será a través del uso de la fuerza como régimen y oposición podrán resolver
el drama venezolano. Con la pura fuerza el gobierno no gobierna, apenas
sobrevive; Con la pura fuerza la oposición logró mostrar una vez más cómo se
muere heroicamente, no cómo se construye la vida nueva. La presión
internacional, "sanciones" incluidas, empuja al régimen a dejar la
prepotencia y allanar el camino a una negociación política que abra las puertas
de la transición... el sentido común debiera empujar a la dirección opositora
en ese mismo sentido.
Ambos sectores deberían aprovechar la muy precaria
ventana de oportunidad que aún tienen, antes de que llegue la verdadera e
inminente invasión que puede arrasarlos a ambos: ¡La invasión de la Hambruna!
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