Muchas
veces se han hecho comparaciones abusivas entre los proyectos políticos
fundados por Rómulo Betancourt y Hugo Chávez. Salvo la inicial apelación de
ambos a los pobres como sector social, son más las diferencias que las
semejanzas entre ambos movimientos:
Betancourt construyó un partido desde el pueblo, Chávez fabricó una
maquinaria presupuestívora desde el poder; Betancourt construyó instituciones,
Chávez las destruyó; Betancourt promovió la sustitución de importaciones por
producción nacional (el “compre venezolano”), Chávez destruyó la producción nacional y promovió la
importación indiscriminada de TODO lo que consumimos; Betancourt promovió la
política petrolera nacionalista que fundó la Corporación Venezolana del
Petróleo (CVP), fue pionero en promover la creación de la OPEP y trazó la
orientación que hizo posible que otro gobierno de su mismo partido
nacionalizara la industria petrolera el 1ro de enero de 1976; Chávez
desprofesionalizó a PDVSA, deterioró su capacidad operativa, la endeudó y finalmente
entregó la faja petrolífera del Orinoco a potencias extranjeras bajo la figura
de “empresas mixtas”, tan objetadas por la izquierda ALLÁ EN LOS AÑOS 70, cuando en el país se
debatió la Ley de Nacionalización…
¿APÁTRIDAS? ¿QUIÉNES?
Pero en
el aspecto en que más contrastan los proyectos políticos de Betancourt y Chávez
es en lo atinente a la soberanía nacional.
Betancourt defendía con firmeza
lo específicamente venezolano de su propuesta política, hasta el punto de
insistir una y otra vez en que su proyecto “no es socialdemócrata, sino adeco”,
llegando a rechazar incluso las evidentes influencias que en su propuesta
original pudo tener el pensamiento y obra de Haya de la Torre, fundador del
APRA peruano.
En cambio, el proyecto político chavista rápidamente adquirió el
tinte extranjerizante que lo caracteriza: de sus iniciales y confusas
invocaciones a Bolívar, Zamora y Simón Rodríguez el chavismo pasó a llenar su altar con
deidades importadas: Fidel, Ché Guevara, Marx, Lenin y Mao pasaron a ocupar el
panteón ideológico chavista. La tendencia de ese proyecto a subordinarse a
modelos foráneos se ve expresada con claridad en el medular tema de como
“educan” a sus cuadros: A los activistas del Frente Francisco de Miranda los
“forman” en Cuba, el discurso con que vanamente intentan darle respetabilidad
intelectual al chavismo es alquilado a una pequeña legión extranjera de
“investigadores becados” que además son ignorados cuando plantean la más tímida
reflexión crítica (por ejemplo, el llamado “Centro Internacional Miranda”) y, por
último, la mismísima “escuela de cuadros” del partido se la están
diseñando… ¡los chinos!
REPRESORES PITI-IRANIES Y
PITI-CUBANOS…
Esa postración
ante lo extranjero, esa tendencia de las nuevas cúpulas podridas a copiar sobre
todo lo malo de otras latitudes, también
salta a la vista en el desborde represivo gubernamental que desde principios de
febrero ha azotado al país con saldo de decenas de muertos, centenares de
heridos y miles de presos. En efecto, ha sido evidente en las practicas
represivas oficialistas (tanto en las practicadas por los cuerpos de seguridad
del Estado como por las implementadas por los grupos parapoliciales y
paramilitares mal llamados “colectivos”) el uso de técnicas y tácticas jamás
vistas en nuestro país, por su cobardía y ferocidad. Las numerosísimas víctimas
de tiros certeros en la cabeza, el uso letal de armas no letales (perdigones y
bombas lacrimógenas disparadas a quemarropa a la cara de manifestantes) y el
uso de torturas contra detenidos no ya
para extraer confesiones o delaciones sino simplemente para infundir y
diseminar terror, son algunas muestras de como los estudiantes y el pueblo
venezolano están enfrentando hoy no un nuevo capítulo de la represión estatal
contra la protesta popular, sino a la dimensión represiva de una nueva
tecnología de control social, importada y pagada con dinero de todos los
venezolanos… para agredir, aterrorizar y
desmovilizar a los venezolanos!
ELLOS QUEDARON AL DESNUDO…
Si a
alguien le queda alguna duda sobre la afirmación anterior, lo invitamos a que
repase lo sucedido el pasado jueves 3 en la Universidad Central de Venezuela:
En una operación combinada, la Guardia Nacional “Bolivariana” y la Policía
Nacional “Bolivariana” impiden que una marcha pacífica salga hacia PDVSA a
entregar un documento a Rafael Ramírez, presidente de la Estatal Petrolera y
VicePresidente de la República para el Área Económica. Los cuerpos de seguridad impiden que nadie
salga de la universidad… pero no impiden
que ingresen a ésta los grupos de civiles armados que agredieron salvajemente a
estudiantes y periodistas. En esta
ocasión, a la agresión física paramilitar se sumó el vejamen moral: varios
estudiantes fueron desnudados antes y después de ser golpeados salvajemente,
los hacían caminar desnudos para luego empujarlos y hacerlos caer de nuevo, en
un ciclo humillante que sólo tenía un propósito: quebrar moralmente a la
víctima directa, e infundir terror en millones de víctimas indirectas, que tras
ver tales imágenes pudieran atemorizarse y, en consecuencia, desmovilizarse.
Tales
prácticas represivas no tienen nada que ver con el ser venezolano, ni siquiera
tienen que ver con la “cultura” represiva de los cuerpos de seguridad del
Estado… Pero si están emparentadas con la tecnología de la violencia y la muerte
usada por ejemplo en Irán, país que ha sido señalado por el uso hasta de
violaciones masivas a detenidos en manifestaciones, práctica usada precisamente
para quebrar la moral de los directamente agredidos y para infundir terror en
el resto de la población.
Si, como
denunció el periodista de La Voz Richard Sanz en reciente trabajo, habria
estado en Venezuela “en abril de 2009 el actual comandante iraní de
la fuerza paramilitar Basij, el general
Mohammad Reza Naqdi, acompañando al entonces ministro iraní de Defensa, el
general Mostafa Mohammad-Najjar en una visita de alto nivel a Caracas” ( http://www.diariolavoz.net/2014/03/23/paramilitares-oficialistas-entrenados-por-iran/ )
ya tenemos entonces lo que podría ser el hilo conductor entre las novedosas y
no-venezolanas prácticas represivas de los paramilitares oficialistas criollos
y las alianzas políticas del gobierno venezolano. Por eso repetimos: Ese jueves
3, en la Universidad Central de Venezuela, a los estudiantes les quitaron la
ropa, pero lo que quedo al desnudo fue la perversidad y amoralidad de un
régimen.
LA
SEGURIDAD NO LLEGA AL BARRIO, LA REPRESION SI
El jueves 3 una Asamblea de Ciudadanos
en La Candelaria fue saboteada por un grupo oficialista violento. El viernes 4,
ciudadanos que querían hacer una cadena humana en Catia para protestar contra
la represión y la crisis económica fueron igualmente víctimas de la violencia. En ambos casos la agresión gobiernera fue
copia de lo que en Cuba se conoce como “actos de repudio”: Civiles violentos y
armados que agreden con insultos, consignas y golpes a ciudadanos desarmados,
ante la vista indiferente de agentes de seguridad que solo actúan si los agresores necesitan refuerzos. Si
quieren conocer el modelo extranjero que “inspira” este tipo de agresión
importada, vean el documental “Gusano”, que explica ese tipo de persecución,
hostigamiento y agresión. Para ello pueden buscar en YouTube el siguiente
enlace: http://youtu.be/pW7i48fSCZ4
Extraordinario y desgarrador lo expuesto por usted en este escrito, revisando su enlace del El Gusano, conseguí este otro https://www.youtube.com/watch?v=UyrQDqAAIBg que doloroso es reconocer que en nuestro país, muchos han sido cómplices de tal aberración, quizá por ignorancia, quizá por adulación, quizá por necesidad... no lo se, pues yo no hubiera prestado a un hijo para convertirse en la voz de una acción tan bastarda. En el vídeo el gusano, podemos observar como esta acción de ideologizacion fue acometida por los Castros y ya conocemos las consecuencias históricas. Hoy en día con estupor me pregunto estimado Jesús, sera esto lo que esta ocurriendo en nuestra hermosa Venezuela? Dios nos proteja.
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