Columna publicada originalmente el domingo 16 de Agosto de 2015 en los diarios La Voz y 2001
En el supuesto negado de una victoria Diosdado-Madurista continuaría el reinado del hampa, a la que el gobierno primero entregó las cárceles y luego entregó la calle a través de las llamadas “zonas de paz”. El ciudadano honesto seguiría agonizando entre dos fuegos: entre las balas del hampa impune, y las de policías que (como los captados en el video-aficionado del estado Aragua) actúan como hampones con uniforme, ejerciendo la violencia al margen de la ley, en “operaciones” en las que realizan allanamientos sin orden judicial y sin presencia de fiscales del Ministerio Público, asesinando ciudadanos que no tuvieron la precaria suerte de que su muerte fuera registrada por una cámara de video. Eso, y sólo eso, es lo que el Diosdado-Madurismo puede hoy ofrecer al país.
En cambio, la Unidad Democrática si ofrece una esperanza creíble, una alternativa deseable frente al desastre rojo. Esa esperanza puede resumirse en dos palabras: SOLUCIÓN Y CAMBIO. Soluciones viables y urgentes a los problemas urgentes, y cambio político que permita que esas soluciones de corto plazo tengan continuidad en el marco de un proceso de reconstrucción nacional. Esa esperanza está condensada y resumida en un documento que fue aprobado EN FORMA UNÁNIME por todas las organizaciones que forman parte de la Mesa de Unidad Democrática, y que por su importancia social, política e histórica reproducimos a continuación:
“Así vamos a colocar la Asamblea Nacional al servicio del país
Acuerdo para la construcción y ejecución de la Agenda del Cambio desde la nueva AN
Acuerdo para la construcción y ejecución de la Agenda del Cambio desde la nueva AN
1. Asumimos como objetivos de nuestro ejercicio político desde la mayoría en la AN ser la real alternativa para solucionar la crisis social, económica, ética, política e institucional por la que atraviesa Venezuela, y transitar desde el Poder Legislativo el camino hacia el cambio político nacional.
2. Asumimos la responsabilidad de liderar desde la Representación Nacional, ejercida legítimamente por el nuevo poder legislativo, la construcción de soluciones urgentes a los acuciantes problemas que hoy confronta el pueblo venezolano, en materias que van desde el acceso a alimentos y medicinas hasta la inseguridad y la convivencia. Para diseñar, ejecutar y evaluar la implementación de tales soluciones el poder legislativo dirigido por la Nueva Mayoría Nacional convocará absolutamente a todos los venezolanos, a todos los sectores, a todos los poderes públicos. Si representantes de algún poder público intentara obstaculizar o sabotear este urgente proceso de construcción de soluciones a la crisis del país, la Asamblea Nacional explorará y activará los mecanismos que la Constitución Nacional contempla (enmienda constitucional, reforma constitucional, referendo revocatorio o asamblea nacional constituyente) para superar democrática y pacíficamente tal situación, escogiéndose en su momento aquel mecanismo que garantice la mayor participación popular, la mayor estabilidad social e institucional y la menor perturbación posible al proceso de reconciliación nacional y de reconstrucción de la convivencia. Nos comprometemos a impulsar este proceso de construcción de soluciones a la crisis y a la activación de los mecanismos constitucionales para el cambio político que hagan posibles tales soluciones en el primer semestre del 2016, para evitar que la dinámica de las venideras elecciones a Gobernadores distraigan o retrasen estos objetivos nacionales.
3. Impulsaremos la renovación de los integrantes del CNE y del TSJ, mediante la designación estrictamente apegada a la CRBV de los cargos vacantes o vencidos en ambas instituciones. Revisaremos toda designación realizada mediante mecanismos distintos previstos en la Carta Magna.
4. Recobraremos y ejerceremos a plenitud las dos misiones fundamentales que la Constitución asigna a la Asamblea Nacional: Legislar y Controlar la Gestión del Poder Ejecutivo. En atención a la primera, la nueva Asamblea Nacional no favorecerá la aprobación caprichosa y rutinaria de Leyes Habilitantes, y por el contrario pondrá énfasis en la elaboración de las leyes de acuerdo a los mecanismos y procedimientos estipulados en la Constitución, que obligan a la consulta y debate con todos los sectores sociales afectados por tales normativas en proceso de elaboración. En relación al tema de las atribuciones del poder legislativo en materia de control de gestión del Ejecutivo, las mismas serán ejercidas a plenitud porque son un mandato constitucional y porque son parte esencial de la democracia participativa y protagónica. En ese sentido, la nueva Asamblea Nacional someterá a debate abierto y revisión escrupulosa los acuerdos internacionales suscritos o por ser suscritos por la Nación, sobre todo aquellos que vinculados con endeudamiento o que de cualquier manera afecten el patrimonio nacional, y ejerceremos a plenitud las competencias previstas en el 187 constitucional numeral 10, que establece el derecho del poder legislativo a interpelar a los funcionarios del poder ejecutivo y en caso extremo a destituirlos mediante la aprobación de votos de censura con mayoría calificada. La Asamblea Nacional será de esta manera lo que siempre debió ser: un espacio para el debate civilizado de los grandes temas nacionales, para la búsqueda de soluciones. Por supuesto, a esos efectos será reformado integralmente el Reglamento Interior y de Debates.
5. Construiremos un Acuerdo Nacional para el Cambio a ser implementado e impulsado desde la nueva Asamblea Nacional. Dicho plan deberá contar con una serie de iniciativas legislativas que deberán ser asumidas de forma inmediata en el plano político, económico y social que incluirán, la aprobación de leyes que permitan, entre otros, el logro de los siguientes objetivos:
5.1.: La liberación de los presos políticos, el retorno de los exiliados y el cese a la persecución política a través de la promulgación de una Ley General de Amnistía y Reconciliación Nacional, norma esta que amparará tanto a los opositores perseguidos, exiliados o presos por razones políticas como a los activistas chavistas de base (ambientalistas, indigenistas, comunitarios, sindicales) que hoy se encuentran perseguidos, judicializados o presos por defender sus derechos.
5.2.: La promoción de la producción nacional de alimentos y medicinas, reivindicando el derecho a la propiedad privada y la libertad de trabajo, garantizando la seguridad jurídica para las inversiones, el respeto a la propiedad privada, cese a expropiaciones, nacionalizaciones y confiscaciones.
5.3.: La adopción de medidas de emergencia para garantizar a los sectores mas necesitados el abastecimiento de medicinas y alimentos, desterrando el clientelismo y la humillación.
5.4.: Poner cese a toda política oficial de complicidad o acuerdo con bandas hamponiles. Reforma y fortalecimiento del Sistema de Justicia para garantizar su imparcialidad y combatir la impunidad e inseguridad. Impulsar una política de control efectivo del territorio venezolano a través de los organismos de seguridad y defensa del Estado. Promover el desarme de las bandas delictivas y de cualquier otro grupo, reivindicando el monopolio que el Estado debe ejercer de la violencia legal.
5.5.: Regular el uso de los medios de comunicación del Estado, y en particular de aquellos dependientes a la Asamblea Nacional, a fin de que se encuentren al servicio de la libertad de expresión de todos los venezolanos.
5.6.: El rescate de la descentralización política y administrativa.
5.7.: Control sobre los mecanismos de cooperación y acuerdos internacionales, especialmente de aquellos que se han convertido en una carga económica insostenible para nuestra patria.
5.8.: Rescatar la autonomía del Banco Central de Venezuela…”
El programa de largo plazo de la Unidad Democrática es construir una Venezuela del Primer Mundo, con una economía libre, abierta, productiva, capaz de financiar una sociedad inclusiva, justa, solidaria, que actúe en el marco de una democracia transparente, funcional y realmente participativa. Para lograr ese futuro querible es necesario cambiar este presente, y para eso es éste programa inmediato, urgente, de corto plazo, que arranca con el triunfo del pueblo democrático en las próximas elecciones parlamentarias.
Para hacer esto es que la Unidad va a ganar las próximas elecciones parlamentarias.
Esto es lo que va a hacer una Asamblea Nacional “calva”, es decir, un parlamento como lo quiere y necesita el pueblo venezolano: ¡SIN CABELLO!
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