Ya no es un “goteo”. Lo que esta ocurriendo en el
oficialismo es un deslave. Tras la valiente posición de la Fiscal General de la
República en defensa de la Constitución, cada día surgen nuevas y más
vehementes manifestaciones de magistrados, ex altos funcionarios, diputados y
mucho, mucho “chavista de a pie”, desmarcándose del proyecto de la
constituyente corporativa, sectorial, fascista, de Maduro. Por eso no me
extrañó cuando al encontrarme con un apreciado amigo, hasta hace poco simpatizante
del oficialismo, este me hiciera un análisis interesante y demoledor de la
entrevista que el Mayor General Vladimir Padrino López concediera a José
Vicente Rangel el pasado domingo 28 de mayo.
“Si Fidel Castro hubiese escogido a José Vicente Rangel y a
Vladimir Padrino para dirigir a Venezuela en vez de designar a quienes escogió,
probablemente la situación de este país sería otra”, empezó su análisis mi
amigo ex chavista. “Para algunos esos
son los dos más inteligentes líderes del oficialismo”, hablando de los
protagonistas del programa que, para él, lució “concertado”.
“En efecto”, dijo, “a Padrino se le permitió omitir o apenas
rozar los temas de mayor importancia o relieve, como son en lo político la
violación de la Constitución en cuanto a la elección de alcaldes y
gobernadores, el brutal desconocimiento del Poder Legislativo y la tenacidad de
la rebelión popular frente al régimen. En lo económico, Rangel dejó que Padrino
pasara rápido sobre el colapso del abastecimiento alimentario, el endeudamiento
aplastante, la hipoteca de PDVSA y el macro-fraude cambiario. No se habló tampoco de un problema de enorme
importancia estructural: El inmenso bolsón energético encontrado por la
Exxon-Mobil en las aguas del Esequibo, de ese mismo Esequibo cuya reclamación
fue preterida en forma irresponsable por los gobiernos de Chávez y Maduro. Por
supuesto, de narcotráfico tampoco se habló…”
Mi amigo me corrije: “Yo no soy ex chavista. Yo soy un venezolano que apreció algunos
aspectos del liderazgo de Chávez, y que jamás estuve con Maduro”. Para él, “en
la introducción del programa Padrino intentó descalificar moralmente la actual rebelión
popular señalándola como producto del ‘injerencismo de una coalición de países
que intervienen en asuntos internos de Venezuela’. Sería bueno que Padrino
recuerde que en lo que va de este siglo, nadie ha sido tan ‘injerencista’ en la
región como el régimen actual venezolano, el cual por otra parte acoge
amorosamente la injerencia cubana, y además –insólitamente- paga por
padecerla…”
Para mi interlocutor, “entrevistador y entrevistado entraron
en materia sólida cuando Padrino habló de ‘una distorsión económica que empezó
con el desplome de los precios petroleros’. Ante todo, aquí no hay ‘distorsión’
sino colapso", refutó mi amigo, para de inmediato precisar: "Y la culpa no es de la caída de los precios petroleros: En casi
dos décadas, el petróleo ha puesto en manos del castro-madurismo más dinero que
la suma de todo el dinero manejado por los todos los gobiernos venezolanos
desde que reventó el Zumaque 1 hasta que Hugo Chávez sumió el poder en 1999.
Gobiernos anteriores dieron de comer a la población y mantuvieron funcionando
al país con petróleo a poco más de 10 dólares el barril, sin aumentar la deuda
externa, que incluso se redujo durante la administración Lusinchi. A partir de los 30 dólares que valía el
barril en 2003, durante estos años de revolución los precios subieron hasta
llegar a 120 dólares el barril, estabilizándose en 2010 alrededor de los 100
dólares el barril. Fue en el cuarto trimestre del 2014 cuando empezaron a bajar
a su actual nivel de 50 dólares el barril (muy por encima aun de los 30 dólares
que costaba el barril durante el gobierno de Pérez I)…”
Subraya mi amigo “ya no chavista y nunca madurista” que “a
todo esto hay que sumar el violento endeudamiento que llegó al clímax esta
semana cuando Maduro vendió al banco imperialista Goldman Sachs 2.800 millones
de dólares en bonos de PDVSA a vencerse el año 2022, con un descuento de casi 70%,
pagando al imperio monstruosos intereses que llegan a casi 30% anual, puesto
que el interés normal de esos bonos es de 9,25%, lo cual se triplica cuando
–como el es caso- el comprador recibe 3 bonos por el precio de cada uno. Es así como en 5 años Venezuela pagará por
intereses 1.295 millones de dólares (9,5% de 2.800 millones multiplicados por
los 5 años que faltan para el vencimiento de esos bonos). Cuando llegue ese
vencimiento, Venezuela deberá además pagar los 2.800 millones de dólares del
valor facial de los bonos, por los cuales recibió sólo 868 millones. En total
Venezuela pagará más de 4 mil millones de dólares por este ‘respirito’ para
Maduro… ¿Patria?”
Con una mezcla de su lucidez habitual y algo de tristeza
(¿despecho?) por sus ya extintas simpatías hacia el oficialismo, mi amigo
devenido en analista afirma que “Padrino intentó consolar al país diciendo que,
tras 14 años de chavismo y cuatro de madurismo, el régimen ahora esta dando
‘pasos para una estrategia económica coherente y sustentable’ que buscaría
‘cambiar el actual modelo rentista por uno productivo’. Pero si de algo ha sido
enemigo el chavo-castro-madurismo ha sido de la producción. Limitándonos sólo
al tema de los alimentos, ¿Sabrá Padrino que en 1999 Chávez encontró sembradas
4.700.000 hectáreas y que en 2017, por falta de semilla y abono, sólo se
sembraran 1.100.000? ¿Sabrá que en Venezuela había 20 millones de cabezas de
ganado y que hoy sólo hay 10 millones, cuando el abastecimiento del país
requiere un rebaño de 30 millones?
¿Acaso el Imperio se comió la semilla y el ganado, o fueron las
expropiaciones, las invasiones avaladas por el Inti y el impune cobro de vacuna
por parte de la guerrilla y las megabandas lo que acabó con la producción?”
Mi amigo dice “agradecer” que “el llamado a respetar la
Constitución aparece una y otra vez en la argumentación de Padrino”, pero por
eso mismo lamenta “el ardor con que defiende la imposición de una Asamblea Constituyente
que derogaría la Constitución que alaba”. En su opinión, “hay que reconocer que cuando
Padrino habló de la ética parecía un vocero opositor: Cuando denunció a quienes
quieren el poder para ponerle la mano a la riqueza nacional parecía que hablaba
de las enormes fortunas acumuladas por personajes muy conocidos. Por lo demás,
es cierta su observación de que política es el arte de ponerse de acuerdo.
Discutir sobre los problemas y no sobre las personas, como él propone, es
propio de gente seria. Y para hacerlo es fundamental colocar los intereses de
la Patria por encima de los intereses políticos, sobre todo cuando éstos se han
vuelto personales y hasta de supervivencia, con los de los jerarcas señalados
por peculado, violación de DDHH o narcotráfico, y que por eso mismo están
usando hoy al poder como barrera que los protege de una justicia que tarde o
temprano habrá de alcanzarlos… y esa es la causa de su desesperada
resistencia.”
Mi amigo concluyó su análisis coincidiendo con Padrino en que
“debemos construir un escenario de paz que nos permita construir un país donde
quepamos todos”. Pero afirma de inmediato: “Que se lo diga a Maduro, a
Diosdado, a El Assaimi, a Reverol, entre otros. Todo el resto del país cree y
lucha por eso, a pesar de la intoxicación lacrimógena y los asesinatos con
metras. A nosotros, denos por convencidos…”.
Así es. ¡Palante!
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