domingo, 31 de mayo de 2015

"La oposición prepara su Waterloo", por Rafael Poleo


Columna Péndulo, de Rafael Poleo. Revista Z, Nro. 2002, del 29 de Mayo al 04 de Junio 

 La fragilidad de la unidad opositora se puso en evidencia esta semana cuando Leopoldo López, burlando las restricciones de comunicación que le impone el presidio, convocó a una marcha que le pone delante de los demás aspirantes a la candidatura presidencial de la oposición. La Mesa de la Unidad Democrática sobre-reaccionó con un impulsivo comunicado, tan provocador como la convocatoria, advirtiendo que ella no esta convocando a esa marcha. De esta manera la unidad queda en el aire, con Leopoldo jugándole posición adelantada a los demás aspirantes -Henrique, María Corina, Antonio, más los enmogotados-, quienes seguramente responderán con golpes parecidos apenas se les presente la ocasión, con la Mesa de la Unidad patas arriba, incapacitada para poner orden en la pea después que su autoridad es desconocida por el político a quien la circunstancia carcelaria confiere la posición mas prominente en el conjunto opositor. 

Hecha la convocatoria, la asistencia o no a la marcha queda fuera de toda discusión. Es de suponer y desear que la población opositora concurra a ella en primer lugar porque debe asistir a todo acto que signifique resistencia a la determinación totalitaria del régimen, y en segundo lugar porque no debe abandonar a los presos. Pero eso no es lo importante del evento. La importancia de la jugada es que supone la ruptura del pacto por lo menos tácito de que los eventos de importancia deben ser convocados por el conjunto de la resistencia y los dirigentes con estatura candidatural no deben desprenderse del pelotón antes de llegar a la recta final, porque esto dividirá fatalmente al electorado resistente. Si los demás aspirantes recogen el guante arrojado por Leopoldo, viviremos una lluvia de convocatorias. 

Lo único que justificaría la jugada maestra pero muy personalista de Leopoldo López sería que a partir de la marcha del sábado se desatara la rebeldía social de que se ha venido hablando, hasta producir una situación como la del año 2002. La información que hay no autoriza tanto optimismo. Por decirlo de algún modo, la temperatura social va creciendo pero esta lejos aun del punto de ebullición. Por otra parte, el golpe de mano leopoldino provocará en el resto de la resistencia una reacción igual pero de sentido contrario que tratará de reconducir la energía opositora hacia el objetivo electoral. De modo que la división esta servida, aun aceptando que en ese tema de las elecciones son varias las incógnitas. La MUD tiene mucho que explicar sobre la manera como enfrentará un ventajismo tan voluminoso y evidente que se le puede considerar un fraude preelectoral. Por esta razón Leopoldo puede ganar el debate público sobre la oportunidad de su jugada; pero, agotada y dividida en ese debate, la oposición perderá irremisiblemente las elecciones parlamentarias hy desaparecerán sus posibilidades de ganar una presidenciales. 

Insisto en que la MUD nos debe unas cuantas explicaciones sobre el tema electoral y me pregunto si caerá en la soberbia de negarlas. Pero eso viene después. Lo que tenemos al día siguiente de la marcha del sábado –a la cual simplemente hay que ir- es un enfrentamiento entre Leopoldo López y el resto del liderazgo resistente, pleito en el cual, si Dios no ilumina el entendimiento de tan impulsivos galanes, el chavismo encontrará una tabla de salvación como la que Pedro Carmona le proporcionó cuando estaba en la lona al anochecer del 11 de abril de 2002. 

Por cierto, dentro de unos días se cumplirá el segundo centenario de la Batalla de Waterloo, en la cual se definió el destino absolutista de Europa por un siglo –hasta la Primera Guerra Mundial- . Una batalla perdida, según las investigaciones mas recientes, porque el Mariscal Ney quiso robarle la segunda base a Bonaparte dando una orden contradictoria en medio del combate. 

Los dioses ciegan a aquellos a quienes quieren perder. 


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