domingo, 28 de abril de 2013
EL NUEVO MAPA DE LA LUCHA DEMOCRÁTICA: 3 RUTAS Y UN CENTRO
Como dijo más de una vez el Presidente Chávez, “una etapa está muriendo y no termina de morir, y otra está naciendo y no termina de nacer”. Pues bien: lo que estaba por terminar, efectivamente, terminó. El tiempo del “liderazgo carismático”, del “caudillismo personalista”, el tiempo en que un personaje podía ser al mismo tiempo un gobernante malísimo y un fenómeno electoral porque había una “conexión religiosa” entre él y el pueblo llano, ese tiempo pasó.
De nada le servirá a Maduro decir una y mil veces que él es “hijo de Chávez”. El pueblo sabe que eso no es verdad. De nada le servirá a la oposición intentar definirse como “todo lo contrario a Chávez”, porque ese punto de referencia ya no existe. Venezuela sale de la bruma caudillesca y regresa al ámbito de la lucha social y política, en que partidos y dirigentes deben expresar las aspiraciones de la población, haciendo propuestas además de consignas y dando resultados en vez de excusas. En este nuevo momento esta dibujado ya el nuevo mapa de la lucha democrática, en el que se distinguen con claridad tres “rutas” y un “centro”.
PRIMERA RUTA: LA LUCHA CONTRA LA TRAMPA Y LA ILEGITIMIDAD
Imagine que alguien le está vendiendo una casa amoblada, pero usted sospecha que esos muebles son robados. Usted le exige al vendedor que muestre las pruebas del correcto origen de los muebles, pero él se empeña en simplemente revisar el mobiliario lista en mano, evidenciando que lo que está en la casa efectivamente está en la lista. Usted, obviamente, no está conforme, porque lo que pone en duda no es que los muebles estén en la casa o en la lista, sino la LEGITIMIDAD de su origen, y por eso pide revisar LOS COMPROBANTES (es decir, las facturas) y, cuando las facturas son sospechosas, Ud. solicita revisar los libros de la mueblería. Pues bien: En vez de dar la información solicitada, el vendedor de la casa se “indigna”, dice que las facturas son “papelitos sin valor”, que no va a buscar los libros porque no le da la gana y que “ultimadamente, la única revisión que se va a hacer es la que yo quiera”.
Eso es exactamente lo que está pasando con las elecciones del 14-A: El CNE, es decir, quien intenta “vendernos” como bueno ese resultado, dice “está bien, pues, vamos a hacer la auditoria al 100 % de las cajas”, tras una inmensa presión nacional e internacional. Pero luego solo quiere hacer una supuesta “auditoria” que compare lo que dicen las máquinas, y eventualmente las boletas, con lo que dicen las actas, cuando lo que está en discusión es la LEGITIMIDAD MISMA DE ESOS VOTOS. Capriles probó que son centenares los centros de votación en los que hubo irregularidades GRAVES, que comprometen los resultados allí obtenidos. El universo de votos afectados por tales irregularidades es superior a un millón doscientos mil sufragios, es decir, CINCO VECES MAYOR que la supuesta diferencia entre el candidato gobiernero y Capriles. En muchos de esos centros (lugares de difícil acceso, fronterizos, zonas indígenas, etc.) sólo el gobierno tuvo testigos. En otros, ubicados en sectores populares de grandes ciudades, el testigo de la oposición fue SACADO, muchas veces a punta de pistola. Por eso la única forma de probar que los votos que están en las cajas y que aparecen en las actas son los que son, es revisando los cuadernos de votación.
“Casualmente”, eso es lo que las rectoras pesuvistas del CNE no quieren mostrar, lo que convierte la supuesta auditoria en una farsa, que no será convalidada por la Unidad Democrática. La lucha contra la ilegitimidad y la trampa tiene entonces una ruta clara: Capriles, en nombre de más de medio país, exigirá la impugnación de las elecciones ante el TSJ y ante las instancias internacionales que corresponda, en ejercicio de los derechos que garantiza la Ley, la Constitución y los tratados internacionales suscritos por la República, ruta que terminará más temprano que tarde en la repetición de las elecciones…
SEGUNDA RUTA: LA LUCHA CONTRA EL ODIO COMO “POLITICA DE ESTADO”
Impugnar elecciones es asumido por los burócratas beneficiarios de la trampa no como el ejercicio de derechos constitucionales, sino como una amenaza a su poder ilegítimo, y reaccionan en consecuencia criminalizando al líder que sacó los votos de medio país, al pueblo que salió a manifestar en su apoyo y a las organizaciones de derechos humanos que, haciendo su trabajo, intentan corroborar las “denuncias” del gobierno y terminan descubriendo que son falsas. Esa es entonces la Segunda Ruta del Mapa de las Luchas Democráticas en esta nueva etapa del país: Fomentar la convivencia, promover el cese de la división entre los venezolanos, seguir ampliando el inmenso boquete que el pueblo le abrió al muro de la polarización, hasta aislar y vencer a quienes trafican con el odio y la violencia.
TERCERA RUTA: DEMOCRACIA PARTICIPATIVA VS. VIOLENCIA DESMOVILIZADORA
Si la violencia toma la calle, el pueblo sale de ella. Desmovilizar al pueblo es el sueño de toda dictadura. Por eso, frente a la violencia desmovilizadora, la única respuesta ciudadana es el ejercicio de lo que la Constitución define como DEMOCRACIA PARTICIPATIVA Y PROTAGÓNICA: Hay que PARTICIPAR activamente en todos los procesos (desde la elección de los voceros en un consejo comunal hasta la repetición de las elecciones presidenciales, pasando por las elecciones municipales y toda otra medición que se produzca) y en cada uno vencer a los violentos y conquistar espacios para la unidad y el progreso.
¡EL CENTRO ES LO SOCIAL!
Todas estas rutas (la lucha contra la ilegitimidad, la promoción de la convivencia, el incremento de la participación) confluyen hacia un centro. Ese centro es LO SOCIAL. Es la defensa, promoción y ejercicio de los derechos sociales y económicos de todos los venezolanos, en especial los más pobres. El combate contra el Paquetazo Rojo, contra la devaluación madurista, contra el alza de tarifas, por el aumento de salarios, por la discusión, aprobación y cumplimiento de la contratación colectiva, por el ejercicio de la libertad sindical y por la autonomía de los consejos comunales y demás movimientos sociales, es el corazón de la estrategia del pueblo democrático venezolano, ese que antes estaba dividido entre “chavistas” y “opositores” y que ahora empezó a unirse en la búsqueda del cambio y del progreso, como se reveló el 14-A.
DEL 14-A AL 21-A: SIETE DIAS QUE CAMBIARON A VENEZUELA
Columna publicada en el diario La Voz el domingo 21-4-2013
Cada día son más los venezolanos convencidos de que Henrique Capriles ganó las elecciones del pasado 14-A. Tras una tensa espera, esa noche de domingo el CNE da como ganador de la contienda al candidato del gobierno, por una diferencia mínima, inferior a 235 mil votos. Pero la suma de las MAS DE TRES MIL IRREGULARIDADES denunciadas y documentadas por la Unidad Democrática y su Comando Simón Bolívar ante el CNE (testigos sacados a punta de pistola de las mesas, aplicación irregular del mal llamado “voto asistido”, grupos violentos tripulando motocicletas y esgrimiendo armas de fuego amedrentando o agrediendo ciudadanos en las afueras de los centros de votación, funcionarios públicos haciendo proselitismo y obligando a sus empleados a votar por el gobierno…) afectan a un universo de votantes que quintuplica la supuesta diferencia a favor del candidato gobiernero. Todo esto sin contar lo ocurrido en los llamados “Centros Móviles de Votación” y en los “Centros de Difícil Acceso”, en los que la oposición casi nunca puede tener testigos y donde los resultados generalmente son “ 100 a cero” a favor del gobierno.
En esas condiciones, con un resultado tan estrecho en un proceso tan plagado de irregularidades, en cualquier país medianamente serio se hubiera procedido a la anulación del proceso y convocatoria de nuevas elecciones. Por eso fue que -apenas se anunció el resultado- uno de los rectores del ente comicial (el único que no es militante del oficialista PSUV) propuso el reconteo total de las papeletas de votación, propuesta que luego fue apoyada públicamente por ambos candidatos. Pero…
MENTIRA FRESCA Y VIOLENCIA DURA
…Pero lamentablemente, en el oficialismo nadie sabe quién está a cargo. Como confesó públicamente un importante dirigente del oficialismo, “nosotros somos un poco de locos y el que nos frenaba era Chávez”. Hoy eso resulta evidente. Después que en la noche del domingo el Sr. Maduro Moros aceptó públicamente desde Miraflores “que se abran todas las cajas, que se haga la auditoría que se tenga que hacer”, en la mañana del lunes el poder se echó atrás, negando tal posibilidad. La respuesta popular fue inmediata. Pero esta vez a la protesta espontánea le salió un conductor, un líder. En la tarde del mismo lunes Henrique Capriles se dirigió al país, exigiendo que la protesta fuera pacífica, en el marco de la Constitución y de la Ley, y planteó un cronograma de luchas: Para la noche del lunes 15 convocó un cacerolazo masivo, para el martes 16 convocó a movilizaciones populares a las sedes regionales del CNE exigiendo el recuento de votos. Para el miércoles 17 anunció una marcha en Caracas a la sede central del organismo comicial.
A ese cronograma de luchas impecablemente democrático el gobierno respondió con una catarata de mentiras y agresiones sin precedentes en la historia política reciente. El día martes 16, en CUATRO “cadenas” de radio y TV (convocadas por cierto con el pretexto de “inaugurar” instalaciones de la Misión Barrio Adentro… que existían desde hace tiempo) la máquina de propaganda gobiernera fue usada para intentar criminalizar la protesta nacional y a su líder Henrique Capriles.
Mientras acusaba a la protesta ciudadana de “violenta”, el poder ejercía a su vez la violencia a dos manos, utilizando tanto los cuerpos represivos del Estado como los grupos irregulares parapoliciales. Además de las víctimas fatales de ambos bandos (algunas caídas a manos del hampa común, otras ciertamente asesinadas en condenables episodios de intolerancia política), la desbordada violencia oficialista le costó al país más de 60 heridos y 170 presos, el incendio de varias sedes partidistas y la agresión a numerosos medios de comunicación. Ante ese panorama, el líder Henrique Capriles decide suspender la marcha convocada para el miércoles a Caracas, para evitar nuevas agresiones de violentos con uniforme o de civiles infiltrados. Pero la lucha siguió por otras vías. Formalmente fueron presentados al CNE los reclamos legales para la realización del reconteo, mientras que a nivel internacional varios presidentes de la UNASUR, reunida desde el jueves 18 en Perú, estaban ya listos para apoyar la solicitud de reconteo de votos en Venezuela, como vía para lograr el retorno de la paz en este país.
LOGRADO EL RECONTEO, LA LUCHA SIGUE
Este es el panorama en el cual se produjo la cadena nacional de radio y TV realizada la noche del jueves 18, en la que el Consejo Nacional Electoral cedió al reclamo popular y anunció la continuidad de las auditorías ciudadanas para que alcanzaran al 100% de las cajas. Fue la lucha de millones en las calles, el esfuerzo de miles técnicos y profesionales, la movilización nacional e internacional lo que hizo posible esta victoria. Victoria que el mismo Henrique Capriles caracterizó como “apenas el principio”, pues “la lucha pasa a otra etapa, para lograr la constatación de boletas, actas y cuadernos electorales”. Y todo esto será posible por la lucha de un pueblo unido. Así como el 14-A votaron por Capriles opositores y chavistas, también en esta lucha contra la ilegitimidad y por la paz estamos juntos venezolanos que antes fuimos “chavistas” o “anti-chavistas” y que hoy estamos unidos en un solo pueblo luchando por la democracia participativa y protagónica.
La reconciliación nacional no es una consigna o una abstracción. Es una realidad que se viene construyendo de abajo hacia arriba, de adentro hacia fuera. El 14A la reconciliación nacional se expresó en las votaciones. En las jornadas posteriores, en estos siete días que cambiaron a Venezuela, la reconciliación nacional se ha expresado en los masivos cacerolazos en los barrios populares, en los que vecinos antes enfrentados ahora protestan juntos contra la trampa y por la Paz.
¡Pa’lante!
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