domingo, 22 de febrero de 2015
ESTAS SON LAS RAZONES POR LAS QUE EL GOBIERNO APRESÓ A LEDEZMA
El último estudio de Datanálisis, cuyo trabajo de campo fue realizado del 27 de enero al 7 de febrero de este año, arroja resultados concluyentes: Al preguntársele a la muestra encuestada por quien votaría en las próximas elecciones parlamentarias, 45,9 % dijo que lo haría por la oposición, 17,3 % dijo que votaría por el oficialismo, 13,8% se declaró independiente y 17,4 % se refugió en la opción “no sabe/no contesta”.
CAUSAS DEL GOLPE IMAGINARIO… Y DEL VERDADERO
Esta es la causa real del discurso oficialista sobre un imaginario “Golpe de Estado” propiciado por la oposición. Esta es también la causa de la conducta realmente golpista de quienes “por ahora” detentan el poder: Si hay elecciones en Venezuela (como lo establece la Ley, como lo pauta la Constitución) el gobierno sería literalmente arrasado por la oposición unida. Los datos, por cierto, son de la misma encuestadora que ha sido calificada recientemente como “seria” y “responsable” por el actual inquilino del Palacio de Miraflores.
EN CONCRETO: ¿A QUIEN BENEFICIA EL CRIMEN?
Nunca en los últimos 16 años los sondeos le habían dado a la oposición en las vísperas de un proceso electoral una ventaja de casi 30 puntos en la intención de voto. Ese es el marco político en el que se verifica la alharaca gobiernera sobre “guerras” fantasiosas y “golpes” imaginarios”. En esas condiciones es pertinente entonces la pregunta: Si al realizarse las elecciones las ganará arrolladoramente la oposición, entonces… ¿A quien beneficiaría un supuesto “golpe de estado”?
PARA TAPAR EL DESASTRE ECONOMICO, NADA MEJOR QUE UN “GOLPE”… AUNQUE SEA EN TUCANO
El marco económico es aun mas revelador: La expropiaciones acabaron con el aparato productivo venezolano y nos pusieron a todos a depender de las importaciones; Cuando las mafias rojas se robaron también, según denunció el camarada Giordani, los dólares necesarios para las importaciones, vino la escasez de alimentos y medicinas, y con ella la humillación de las colas. Mientras la indignación bulle en el pueblo por estos motivos, el gobierno perpetra la mas horrenda devaluación que haya sufrido el bolívar en toda su historia, y anuncia además el aumento de la gasolina y del pasaje en el transporte colectivo. En medio de ese panorama económico, con un gobierno incapaz de hacer frente a la crisis que el mismo ha generado… ¿A quien beneficiaría un supuesto “golpe de estado”?
PARA OCULTAR EL DRAMA SOCIAL, NADA MEJOR QUE UN GOLPE… AUNQUE SEA POR REMITIDO DE PRENSA
Si la situación política es grave y la situación económica clama al cielo, el panorama social no puede ser mas urgente: En los hospitales los pacientes literalmente mueren a la espera de la operación quirúrgica que les hubiera podido salvar la vida, pero que no se puede hacer porque no hay insumos ni equipos para realizarlas, por falta de dólares para adquirirlos; todos los demás servicios públicos están igualmente colapsados. La inseguridad ha convertido al hampa en el gobierno real del país, el que establece toques de queda, cobra vacunas y administra penas de muerte. En medio de ese dantesco panorama, para tapar la realidad de un país convertido en zona de desastre por la falta de gobierno… ¿A quien beneficiaría un supuesto “golpe de estado”?
LA GENTE SE HARTÓ Y QUIERE CAMBIO, PERO NO “CUALQUIER” CAMBIO…
La gente se hartó del gobierno, de sus cuentos, de sus excusas. La gente quiere cambio, nos dicen las encuestas y la calle. Pero no cualquier cambio: La gente quiere un cambio pacífico. Un cambio que no se transforme en una calamidad adicional a las que ya enfrenta el pueblo. Un cambio para salir del caos y obtener paz y gobernabilidad. Por eso la gente ratifica, en las encuestas y también en los barrios y urbanizaciones, su decisión de votar. Y de hacerlo por la oposición.
EL GOBIERNO ENCARCELA A LEDEZMA PORQUE NO TIENE VOTOS CON QUE GANARLE…
Es por eso que el gobierno encarcela a Ledezma. Es por eso que mantiene preso a Leopoldo. Es por eso que agrede a Borges y hostiga a Machado: ¡Porque no tiene votos con que derrotarlos, y recurre entonces a la estrategia golpista de intentar ilegalizar de facto a la oposición democrática! Un gobierno sin respuestas políticas, económicas y sociales, que cree que sólo en el tablero de la violencia conserva alguna ventaja, quiere arrastrar a ese terreno a la oposición y a todo el país.
EL GOBIERNO NO “DENUNCIA” EL GOLPE: LO INVOCA…
Estemos claros: Al denunciar un supuesto “golpe de estado” el gobierno en realidad lo invoca, lo quiere, lo busca. Para el sector mas irresponsable y gangsteril del oficialismo, el escenario golpista se presenta como una doble oportunidad, como un escenario “ganar-ganar”: si se produce una revuelta y logra aplastarla, acabarían de una vez con todos sus adversarios (tanto los internos que tienen en el oficialismo, que son los que poseen las herramientas necesarias para dar un golpe de estado, como a la oposición democrática, que los arrasaría electoralmente); Si se produce la revuelta y pierde, queda como “víctima” y no tiene que rendir cuenta del monumental desastre, de la corrupción descabellada, de las violaciones a los derechos humanos.
EL CAMBIO ES INDETENIBLE… LA LUCHA ES AHORA
Es por todo esto que la respuesta de la Mesa de la Unidad Democrática ante las agresiones y las provocaciones del gobierno ha consistido en reiterar nuestro objetivo: el cambio político urgente de gobierno y de modelo. Y también nuestra estrategia: Electoral, pacífica, constitucional y democrática. Esto NO SIGNIFICA que haya que “esperar las elecciones” para enfrentar al gobierno. ¡Aquí no hay que “esperar” nada! ¡Aquí hay que luchar ya, ahora, día a día, cara a cara y casa por casa, consolidando y ampliando la mayoría que ya somos, acompañando al pueblo en su lucha concreta contra la agresión económica, social y política del gobierno, constituyendo en cada cuadra, en cada edificio, en cada escalera, en cada callejón, en cada urbanización y cada barrio los Comités de la Unidad donde se integren el activismo partidista y la ciudadanía independiente, espacios donde los venezolanos tengan la oportunidad de dejar de ser “espectadores” de la política y convertirse en protagonistas de la lucha democrática!
SI QUIERES RESULTADOS DISTINTOS, LUCHA DE MANERA DIFERENTE…
Si, lo sabemos: Este es un código distinto. Durante décadas el ciudadano creyó que su actividad política podía reducirse a votar cada 5 años. En los últimos 16, muchos avanzaron hacia la idea de que el ciudadano debe “tomar la calle”, pero redujeron esa importante noción a la “marcha” esporádica o la “barricada” ocasional, actividades que en muchas ocasiones no perseguían objetivos concretos sino que sólo buscaban expresar indignación puntual o liberar malestar acumulado.
Hoy, en medio de esta crisis política, económica y social, Venezuela nos exige más, mucho más, a todos. A los partidos democráticos y a las organizaciones sociales. A los dirigentes y a los ciudadanos. Para todos nosotros ahora “la calle” no es una plaza o una avenida, sino todo el país. Y el momento de “tomarla” no es “cuando nos convoquen”, sino siempre. Y lo haremos no sólo porque “estemos arrechos”, sino porque somos conscientes de que para superar la actual situación de precariedad y división debemos tener un proyecto: La Venezuela Unida. Y eso debemos hacerlo entre todos, porque La Fuerza Es la Unión!
¡Palante!
domingo, 15 de febrero de 2015
LA MACRODEVALUACIÓN LLEGÓ "DE GOLPE"
Militares en traje de campaña jurando fidelidades en televisión y gritando lemas políticos, políticos oficialistas injuriando y amenazando con mazos de mentiras, funcionarios hablando de fantasiosas “amenazas extranjeras” mientras agreden economicamente al pueblo y en particular a sus propios votantes: En el gobierno todo es zozobra, confusión, agresividad, caos… y nada de soluciones. Mientras mas se debilita el gobierno, mas irresponsable se vuelve. Fue en ese contexto que Venezuela escuchó una vez más al inquilino de Miraflores hablando de "golpe de estado" la noche del jueves 12, precisamente la misma noche que su gobierno perpetró la mas reciente y horrenda megadevaluación de la moneda, "detallito" que obviamente no mereció del mandatario ni la más pequeña referencia…
GOLPE AL ESTÓMAGO Y AL BOLSILLO...
En Venezuela efectivamente se esta perpetrando un golpe. Un golpe feroz contra el estómago y el bolsillo de los ciudadanos. Un golpe que ha colocado a millones de venezolanos por debajo de la linea de pobreza, que profundiza la miseria que viven nuestros sectores populares y que empobrece aun más a la ya agredida clase media. Ese golpe se materializó el jueves 12 de febrero cuando se hizo pública la tercera tasa de cambio oficial, precisamente el único tipo de cambio a que tendrá acceso (supuestamente “libre”) la ciudadanía, con una paridad que arranco en Bs. 170 por dólar y que el viernes 13 siguió subiendo, para situarse en Bs. 174.
Como oportunamente recordó el periodista Damian Prat, en 1999 la tasa de cambio era de 574 bolívares por dólar. En bolívares constantes de 1999 tenemos una devaluación de 574 a 170.000 bolívares por dólar ahora. Si convertimos a la reforma hecha en 2008, cuando se le quitaron tres ceros a nuestro signo monetario para crear el mal llamado “bolívar fuerte”, tenemos una devaluación para el período 1999 -2015 de 0,57 bolívares por dólar a 170 bolívares por dólar. En cualquier caso, los venezolanos hemos presenciado un brutal proceso de destrucción de nuestro signo monetario y de nuestra economia.
¡DESTRUYERON EL BOLIVAR A PESAR DE LA BONANZA PETROLERA!
Lo más criminal es que este proceso de destrucción del bolívar y de la economía venezolana coincide con el período en que Venezuela ha tenido la bonanza petrolera más alta y mas larga de toda nuestra historia, disponiendo de precios internacionales del petróleo con un promedio que ha estado por encima de los 90 dólares el barril durante 12 años seguidos
Pero por larga que sea la fiesta, todo tiene su final: La caída de los precios internacionales del petróleo encuentra a Venezuela no sólo sin ahorros, sino además con una deuda monstruosa. Eso el gobierno no puede explicarlo, pues hacerlo implicaría reconocer su inmensa corrupción y su gigantesca ineficiencia. Por eso recurre a historias fantasiosas, que solo persiguen crear falsos culpables de la crisis que ellos mismos han generado para asi evadir su responsabilidad.
¿QUIEN VA A TUMBAR A UN GOBIERNO QUE ESTA EN EL SUELO?
El primer intento de esas narrativas fallidas fue el de la llamada “guerra económica”, que intentó hacer creer que la destrucción de la economía con más recursos de toda América Latina es responsabilidad no de ellos que manejan el poder, sino de quienes no lo tienen. Ese cuento se cayó. La tesis de la “guerra económica” no se las creyó nadie. Cuando para darle alguna credibilidad a esa versión procedieron a hacer presos a directivos de cadenas de farmacias y de mercados populares privados, el rechazo popular fue tal que decidieron cambiar de historia, es decir, cambiar de mentira. Y retomaron una que han usado muchas veces: el cuento del “Golpe de Estado”, del “Magnicidio”, la telenovela de la “agresión imperial”, etc..
Como a la mentira anterior, esta tampoco se la va a creer nadie: ¿Quién va a querer tumbar a un gobierno que se esta cayendo solo, como consecuencia de sus propios errores? ¿Quién se va a ensuciar las manos tumbando un gobierno que esta en el suelo? Nosotros no queremos que “tumben” al gobierno: ¡Nosotros vamos a derrotarlo con votos!
EL VENEZOLANO HOY SÓLO ENCUENTRA EN LA CALLE RAZONES DE CAMBIO
Ratificamos que nuestro objetivo es el cambio urgente de gobierno y de modelo, y que ese cambio lo vamos a lograr no con Tucanos, como intentaron criminalmente los golpistas de 1992, sino con votos, con organización y movilización popular. Y -como ya lo logramos en San Diego, en San Cristobal, en la ULA, en la UCV, en el Colegio de Ingenieros, en tantos otros espacios de la lucha política y social- el volumen de esa victoria será tan amplio, sera tan aplastante la avalancha de la nueva mayoría democrática, que ni con la institucionalidad secuestrada los corruptos y los boliburgueses podrán desconocer la decisión del pueblo.
Mire a donde mire, el venezolano hoy sólo encuentra razones para el cambio: La precariedad, la inseguridad y la rabia es lo que rodea hoy al hombre que cada día tiene mas problemas para llevar alimentos a su casa, a la mujer que cada noche teme mas por la vida de sus hijos, al joven que cada vez se indigna mas por la falta de futuro. Ante esa situación el gobierno solo empeora las cosas con su discurso violento y su accionar irresponsable, mientras la Alternativa Democrática se conduce con la serena firmeza de quien sabe que va a ser gobierno dentro de poco, y por eso mismo debe construir confianza. Unidad, calle y voto sigue siendo la fórmula para el cambio de verdad, el cambio en positivo, el cambio duradero.
¡Palante y sin miedo!
¡Palante y con fe!
¡Fuerza, Venezuela!
domingo, 8 de febrero de 2015
DÍA A DÍA Y FARMATODO, "FALSOS POSITIVOS" DE UNA GUERRA INEXISTENTE...
Se acabó lo que se daba. Esto llegó al llegadero. El oficialismo es un proyecto político basado en dos pilares: recursos inagotables para satisfacer su afán corrupto (y que aun así quede dinero para “parapetear” a realazos sus evidentes fallas de gestión), y un “paraguas nuclear”, el llamado “liderazgo carismático”, utilizado para que –independientemente del daño perpetrado a conciencia y de los errores adicionalmente cometidos- las críticas se estrellen contra la fuerza del “carisma” y así nunca el pueblo responsabilice al gobierno.
¿QUÉ ESTA PASANDO?
Resulta que todo eso se acabó: La corrupción y la ineficiencia crecieron tanto que ni con el barril de petróleo a 120 dólares se daban abasto. Por eso el gobierno recurrió a un endeudamiento tan masivo como irresponsable, ya que no era “deuda sana” para industrializar el país sino “deuda tóxica” para comérsela, para pagar quince y último a la burocracia improductiva, para repartir cachivaches electrodomésticos en las campañas electorales.
Pero eso tampoco alcanzó porque a la muerte de Chávez la corrupción, que ya era masiva, se desbocó en un frenético “sálvese quien pueda”. No alcanzaron ya los dólares para satisfacer a los corruptos y al mismo tiempo realizar la importaciones de alimentos, medicinas y bienes esenciales que permitieran tapar el inmenso daño que Chávez hizo al país al destruir su aparato productivo. Puestos a escoger entre los corruptos y el pueblo, el gobierno optó por castigar al pueblo: se restringieron las importaciones y vino la escasez, las colas, la angustia.
Y fue entonces que se dieron cuenta de lo obvio: este es “el gobierno de los mismos”, pero no es “el mismo gobierno”. Ciertamente, el diosdado-madurismo es como el chavismo, pero sin dinero suficiente para mantener la coba de su supuesto amor a los pobres. Es como el chavismo, pero sin carisma. Es como el chavismo, pero sin pueblo. Es como un arroz con pollo pero sin pollo, porque además pollo no hay.
Por eso es que hoy el gobierno esta tratando de resolver con sapeo masivo, represión, carcelazos, amenazas y amedrentamiento lo que antes resolvía con dádivas y enamoramiento. Porque ya no tiene dádivas para dar, y porque ya no tiene quien articule un discurso que enamore. Hasta aquí llegaron los imitadores…
¿QUE DEBEMOS HACER?
¿Que debemos hacer? ¡Mucho! Pero “mucho y distinto”, porque la situación ahora es muy diferente. Es decir, no se trata de que “ahora si” tenemos que movilizarnos “como antes”. Lo que se hizo “antes”, con sus aciertos y errores, fue consecuencia de la situación que antes existía. Hoy tenemos una situación completamente distinta. Hoy el descontento no se encuentra focalizado en un sector social, en un área geográfica o en una determinada corriente política. Hoy el descontento es generalizado, ocupa todo el país, atraviesa transversalmente todos los sectores sociales y está presente en todas las corrientes. No tiene sentido hoy “llamar al pueblo en la calle”, porque el pueblo ya esta en la calle, y esta molesto. No tiene sentido desarrollar acciones “de vanguardias”, porque el pueblo no necesita ya el “estimulo” de las vanguardias para indignarse por lo que esta pasando. La situación hoy es distinta; La oposición también debe serlo.
Desde el 3 de enero cuando lanzamos desde la MUD la operación #IndignaciónyEsperanza, acompañando a la gente en las colas, distribuyendo agua en vasitos marcados con la inscripción “no te acostumbres a la cola, tenemos derecho a vivir mejor”, conversando con nuestros hermanos, acompañándolos en su indignación y promoviendo en ellos la reflexión y la esperanza de un cambio en positivo, no faltaron comentarios sarcásticos: “llévenles sillitas para que se sienten”… “porque no les llevan también baños portátiles”… “mi trabajo no es hacer la cola cómoda, sino luchar para que no haya colas…” etc. Por su lado, el gobierno si se lo tomó en serio: Anunciaron el despliegue de 20 mil “patriotas cooperantes” para “detectar, denunciar y reprimir” lo que denominaron como “saboteo” en las colas. Hasta el momento de escribir estas notas, unos treinta jóvenes en todo el país, militantes de distintas organizaciones de la MUD, han sido hechos presos por el “delito” de acompañar al pueblo en su rabia y mostrar a esa indignación un cauce democrático, una esperanza de cambio.
Aun así, todavía algunos creen que estar con el pueblo en las colas (es decir: salir de verdad al encuentro del descontento popular, allí donde esta, para poder capitalizarlo) no es “tomar la calle”. Son los que creen que “la calle” es una marcha, o una barricada. Son los que olvidan que “la calle” es ese vasto espacio que esta mas allá de la puerta de su casa, y que hoy el rol de un ciudadano democrático en la calle no se reduce a aplaudir delante de una tarima o a tragar gas lacrimógeno detrás de una barricada, sino que consiste en hablar, persuadir, convencer y conquistar a esos compatriotas que alguna vez apoyaron el proyecto oficialista y que hoy están amargamente desengañados.
¿PARA QUE DEBEMOS PREPARARNOS?
Frente a este panorama debemos prepararnos para ganar, y también para vencer la turbulencia que se producirá antes, durante y después del triunfo del pueblo democrático sobre el desgobierno. Eso pasa por tener dirigentes que en vez de competir entre si por quien es mas influyente, compitan todos juntos contra el régimen; Pasa por lograr que nuestros partidos democráticos den cada vez mas visibilidad, vocería y respeto a sus propios militantes y dirigentes de base, fajados en la lucha social; Pasa por que en vez de una ciudadanía instalada en un rol de “espectador” o de “víctima”, quejándose de lo que hace el gobierno y de lo que deja de hacer la oposición, tengamos una ciudadanía proactiva y resiliente, capaz de promover Y DE SER EL CAMBIO QUE PROMOVEMOS allí en la cuadra, en el edificio, en el barrio, en la urbanización; Pasa por tener claro que tenemos un proyecto: La Venezuela Unida; Tenemos un objetivo: El cambio político urgente, no solo de gobierno sino de modelo; Tenemos una estrategia: Democrática, pacífica, electoral y constitucional. Y tenemos una fuerza, la unidad: ¡La Fuerza Es La Unión!
¿COMO PODEMOS HACERLO?
¿Cómo hacerlo? ¡Conservando foco en nuestra estrategia democrática y electoral, y teniendo conciencia además de que estamos en una crisis política y económica en la que pueden emerger diversos escenarios frente a los que no cabe la improvisación, sino el tener protocolos de actuación previstos y consensuados!
En ese sentido, los líderes fundamentales de la oposición ya han dado muestras recientes de haber entendido y aceptado el reclamo de un país que quiere verlos juntos no solo en fotos y declaraciones, sino en luchas y acciones; Los partidos avanzan, si bien con un ritmo más lento del necesario, en la construcción de una oferta unitaria que involucre primarias y consensos; los independientes con la Unidad avanzamos también en la construcción de espacios de participación para no ser mas “espectadores o víctimas” sino actores del proceso generador de cambio. En las comunidades, en el edificio, el callejón, en la escalera, debemos constituir Comités de la Unidad para hacer política democrática desde la base, es decir, luchar por la mejora de la calidad de vida del sector donde vivimos sin perder nunca de vista la necesidad del cambio democrático en el país.
Simultáneamente hay que sostener la solidaridad con los presos políticos, los exiliados, los estudiantes presos y judicializados, con los trabajadores y propietarios de empresas y comercios que, como Farmatodo y Día a Día, han sido “intervenidos” por el gobierno para usarlos como “falsos positivos” que den alguna credibilidad a su necia tesis de la “guerra económica” como justificación y excusa del desastre descomunal del régimen hambreador y represivo.
Si usted esta en cualquiera de estas iniciativas, y alguien desde la comodidad de su teclado le dice “vamos a la calleeee”, respóndale amablemente: “En la calle estoy, en la calle con pueblo por convencer ¡Vente conmigo! ¡Todos hacemos falta!”
¡Palante!
domingo, 1 de febrero de 2015
¡LLEGÓ FEBRERO, UN MES DE CUIDADO!
En 1998 Venezuela no era ciertamente un país perfecto. Había severos problemas. Legítimas demandas sociales y económicas de la población no fueron atendidas adecuadamente por el establecimiento político de entonces. Y esto ocurrió a pesar de las múltiples señales que advertían que el desastre era inminente. El “Viernes Negro” del 18 de Febrero de 1983, el “Caracazo” del 27 de Febrero de 1989 y el fallido pero sangriento golpe de estado del 4 de febrero de 1992 debieron ser señales suficientes en lo económico, lo social y lo político para que las élites políticas, sindicales, empresariales, intelectuales y comunicacionales de la época tomaran medidas para enfrentar la crisis y resolverla. No fue así, y el golpista frustrado de 1992 se convirtió en el presidente electo de 1998.
Pero esa Venezuela de 1998 además de problemas también tenía fortalezas: En esa Venezuela de 1998 se producía carne, pollo, leche, se ensamblaban vehículos y se fabricaban desodorantes y otros artículos de higiene personal. En esa Venezuela de 1998 había médicos en los hospitales y medicinas en las farmacias. Durante ese 1998 hubo en Venezuela menos de 5 mil muertos a manos del hampa, y eso se consideraba ya un escándalo.
16 años después, el balance de lo ocurrido está a la vista de todos: Para controlar la economía y domesticar a los venezolanos, haciéndonos a todos dependientes del Estado, el gobierno arruinó a la empresa privada. Invadieron haciendas, expropiaron empresas, obligaron al comercio a vender a pérdida. El resultado de esas “genialidades” es que hoy en Venezuela no se producen alimentos, ni medicinas, ni vehículos, ni nada. Y esto no es una “opinión” opositora, contrastable con la “opinión” del gobierno. Estos son hechos, que puede constatar cualquier venezolano cuando va al mercado. Si es que entra…
Durante un tiempo, esta criminal destrucción de la capacidad productiva del país se vio enmascarada por las importaciones que los altos precios del petróleo permitían. Hubo mucha corrupción e ineficiencia en todo eso (importaban comida y luego la dejaban podrir por toneladas en almacenes inadecuados, para luego enterrar la evidencia; importaban medicinas vencidas o a punto de vencerse, etc…), pero al menos había productos en los mercados: Leche ecuatoriana, carne brasileña, pescado nicaragüense, caraotas chinas, en fin. Pero había…
Pero también eso se acabó. Cuando murió Chávez la corrupción, que ya era rebatiña, se transformó en saqueo abierto. Al ser sacado del gobierno de Maduro, el funcionario que por más de una década fue zar de las finanzas públicas tuvo un repentino ataque de lucidez y denunció que empresas de maletín vinculadas a las mafias rojas habían robado 25 mil millones de dólares entre 2012 y 2013. Con lo monstruoso del monto, esa cifra es apenas una fracción de los 800 mil millones de dólares que entraron a las arcas del gobierno en los últimos 12 años y que desaparecieron por arte de magia, entre ineficiencia y corrupción, mientras en Venezuela los hospitales no tienen ni gasa y las escuelas no tienen ni maestros.
Ese es el trayecto histórico que nos coloca en este primer mes de 2015, que ayer finalizó. Como nunca antes en toda nuestra historia, los venezolanos estrenamos un año acosados por la angustia que es producto de la escasez, agolpándonos en las puertas de abastos, mercados y farmacias, en colas inmensas que duran días y noches, para comprar lo más elemental para comer o las medicinas indispensable para sobrevivir. Y es de esta manera como llegamos a Febrero, un mes de cuidado, un mes en el que han ocurrido en la historia reciente venezolana hechos que han dejado dolorosa marca en almanaques, memorias y familias.
Y cuando decimos “historia reciente” nos referimos a la muy, muy reciente: No se trata del 18F de 1983, o del 27F de 1989, o del sangriento 4F de 1992. Hablamos de apenas ayer: El 4F de 2014 el intento de violación de una estudiante en San Cristóbal generó una protesta de sus compañeros, exigiendo al gobierno seguridad. En vez de seguridad el gobierno les dio represión brutal, que dejó un saldo de seis estudiantes detenidos. En solidaridad con esos detenidos, el 12F de 2014 (Día de la Juventud) se produce una inmensa manifestación. Al final de la misma son asesinados tres jóvenes venezolanos: Bassil DaCosta, Juancho Montoya y Robert Redman, y aunque investigaciones posteriores han determinado que los autores de los disparos fueron sujetos vinculados a cuerpos de seguridad del Estado, todavía el gobierno mantiene presos al dirigente político Leopoldo López y a varios jóvenes acusándolos falsamente de supuesta vinculación con estos hechos
Como a finales de los 80 y principios de los 90, hay ya suficientes indicios de que el colapso económico, la conflictividad social y la incapacidad de las estructuras políticas gobernantes para dar salidas razonables a la crisis determinan que haya una necesidad urgente de cambio en el país. Como ayer, las élites oficiales no atinan a dar respuesta correcta a una situación que en vez de corregir, agravan.
En efecto, es impresionante como ahora se repite, agravado, el guión del pasado: Tal como ocurrió después del Viernes Negro de febrero del 83, también ahora los grupos cercanos a los escenarios de toma de decisiones del gobierno en vez de trabajar para resolver la crisis se han puesto a sacar ganancia de la misma, a transformar la crisis en su negocio, a traficar con el acceso que tienen a información privilegiada y a las divisas. Tal como ocurrió en el Caracazo de febrero de 1989 con la universalmente condenada utilización del llamado “Plan Ávila” para reprimir con las armas letales de los militares una revuelta social, hoy voceros oficiales anuncian que usaran esas mismas armas para el control del orden público, y que eso les parece “hermosísimo”; Tal como ocurrió el 4F de 1992, los que entonces acompañaron un golpe de estado hoy vuelven a hablar del mismo tópico, sólo que acusando a los demás de incurrir en esa conducta que, paradójicamente, ellos “celebran” cada año como fuera una fecha patria.
Si el gobierno tiene la ceguera para repetir el mismo guión fallido y antiguo, allá ellos. Si no son capaces de ver como se dirigen al abismo que ellos mismos cavaron, allá ellos. Pero los ciudadanos no podemos repetir los mismos errores del pasado: Ni podemos incurrir en el muy costoso error de creer que la violencia traerá los cambios necesarios, ni podemos por desesperación salir de una situación muy mala para caer en otra peor.
¡Está prohibido confundir “terminal” con “inminente”, está prohibido confundir “histeria” con “historia”!
En esta muy grave hora venezolana la NUEVA MAYORIA NACIONAL, integrada por quienes siempre nos hemos opuesto al proyecto totalitario y por nuestros hermanos que recientemente se han decepcionado de esa estafa, tenemos que actuar UNIDOS, movilizándonos sin miedo y en paz, cohesionados en torno a un liderazgo democrático cuyos integrantes en vez de competir entre ellos deben competir todos juntos por el poder, con una visión compartida de la crisis y un proyecto de país común, para lograr el cambio en positivo que Venezuela necesita y reclama.
Unidad, paz, movilización, proyecto y cambio: Cinco palabras que resumen la actitud y conducta necesarias para detener la caída del país e iniciar su recuperación. Unidad, porque si no estamos unidos no calificamos como alternativa; Pacíficamente, porque solo en paz el pueblo unido puede mostrar su fuerza, inmensa en contraste con las minorías armadas y violentas. Movilizados, porque el ciudadano debe usar TODOS sus recursos en esta pelea, la protesta social y la lucha política, la calle y el voto.
¡Palante! ¡La Fuerza Es La Unión!
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