“Mi táctica
es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible”
Táctica y estrategia, Mario Benedetti
¡Ajá, muy bien, ganamos! Ganamos con las reglas que impusieron ellos, con el arbitro que los alcahuetea a ellos, con el sistema electoral que sobre-representa los circuitos donde ellos siempre habían ganado y con la ausencia de garantías que permitió al gobierno hacer campaña electoral como siempre la ha hecho en estos 17 años: Usando el dinero, los recursos y los medios de comunicación que debieran ser de todos los venezolanos. Ganamos a pesar de tener dirigentes opositores presos, a pesar de que nos inhabilitaron candidatos, a pesar de que se robaron judicialmente partidos completos, a pesar de que pretendieron engañar al país creando una tarjeta que imitaba a la tarjeta de la Unidad y la colocaron al lado de la nuestra para hacer fraude al elector. En esa condiciones ganamos, y lo hicimos por arrase. Destruimos el mito de la invencibilidad de la neodictadura. El David civilista derrumbó con casi ocho millones de votos al Goliath del ventajismo corrupto. Todo eso esta muy bien, pero… ¿Y ahora?
Ahora viene lo bueno: Para los demócratas el poder es un medio para alcanzar el bien común. Ganamos no para exhibir el poder, ni para hacer negocios, ni para enchufar a los familiares o a los compañeros de partido. Ganamos para construir la Venezuela Unida. La Venezuela Unida es el Proyecto-País: Una nación con una economía libre, abierta, productiva, que por ello mismo sea capaz de financiar una sociedad justa, inclusiva, solidaria, que viva en el marco de una democracia funcional, transparente y de instituciones con pueblo.
Ese es el objetivo. Es importante recordarlo, pues no debemos confundir táctica con estrategia. El objetivo no es “ganar la Asamblea”, ni “tener un presidente distinto a éste”. Esos son apenas pasos, necesarios pasos, en un camino mas largo e importante: El objetivo es construir una Venezuela del Primer Mundo que le ofrezca alta calidad de vida a todos sus ciudadanos, una Venezuela de la que nadie se quiera ir, a la que puedan regresar todos los que partieron, una Venezuela en la que se pueda vivir con alegría en vez de apenas sobrevivir con temor. Y para construir ese futuro es que tenemos que cambiar este presente…
Enfrentar el hambre y simultáneamente ampliar la Nueva Mayoría es el paso inmediato. Los inventarios de alimentos se encuentran en nivel crítico, como lo ha advertido CAVIDEA, pues las cadenas de suministro están fracturadas por que la producción es intermitente. Y la producción es intermitente porque el acceso de los productores a los dólares para importar materia prima, insumos, maquinarias y repuestos también lo es. El gobierno que tiene dólares para viajes, lujos y subsidios a sus amigotes del exterior no los tiene para garantizar a los venezolanos acceso a los alimentos.
En el caso de las medicinas ya son escandalosamente numerosos los casos de compatriotas, incluso niños, que mueren por no tener acceso al medicamento, tratamiento o intervención quirúrgica que les hubiera salvado la vida. Una vez resuelta la Ley de Amnistía y Reconciliación, es la escasez, el hambre y la inseguridad lo que será el foco de atención de los 112 diputados del pueblo.
La Nueva Asamblea Nacional tiene el poder para reconducir el dinero que antes se iba para la burocracia y la propaganda del régimen, para que ahora vaya a atender el hambre y la salud de los venezolanos. Osorio y Ventura, como muchos otros, tendrán que rendir cuenta ante la representación nacional de lo que han hecho y deshecho. Al avanzar desde el ámbito parlamentario en la construcción de soluciones al drama económico y social que golpea a los venezolanos, avanzaremos simultáneamente en el combate a la crisis y en el fortalecimiento y ampliación de la Nueva Mayoría.
Sencillamente no es posible darle soluciones sostenibles ni permanentes a lo urgente sin atender y resolver lo importante: Tras 17 años de expropiaciones, estatizaciones, controles de cambio y de precios, el resultado es que antes había comida y ahora no, antes había medicinas y ahora tampoco. Y algo mucho más grave: Antes había exportaciones distintas al petróleo (además de crudo y derivados Venezuela exportaba desde aluminio hasta telenovelas, pasando por arroz, cemento, electricidad, etc.) y hoy dependemos única y exclusivamente de las divisas que el petróleo genera.
Eso es particularmente grave porque el negocio petrolero sufre un declive mundial que no parece reversible. Los inventarios de crudo en el mundo están por encima de 90 %, según reveló recientemente el presidente de PDVSA Eulogio Delpino, lo que podría hacer que los precios internacionales del crudo venezolano bajen aun más, escenario que fue descrito por ese funcionario como “catástrofe”. Delpino estaba hablando de los próximos tres meses, pero la situación no es menos grave si tendemos la mirada a los próximos tres lustros. En efecto, la Conferencia Mundial Contra el Cambio Climático cerró en París el pasado 13 de diciembre aprobando un acuerdo, suscrito por casi 200 países, para restringir severamente en los próximos 15 años el consumo de combustibles fósiles y destinar un fondo de 100 mil millones de dólares para financiar el uso de fuentes de energía alternativas a los hidrocarburos…
INSISTIMOS: Lo que esta en juego en el corto y mediano plazo no es la estabilidad de un gobierno, sino la viabilidad del país. Los venezolanos tenemos la obligación de redefinir nuestro proyecto nacional para hacerlo sustentable, al basarlo en el trabajo productivo, en la organización seria, en el esfuerzo metódico, ese que es capaz de entender que “distribuir mejor” solo es posible después de resolver como se produce más.
Esta crisis terminal del modelo económico rentista es también forzosamente el final, en materia política, del paternalismo burocrático y del autoritarismo militarista. Porque solo un país unido puede convertir esta crisis en oportunidad. Solo una sociedad en la que trabajadores, empresarios, científicos, investigadores, profesionales, técnicos, prestadores de servicios, todos, desde el más prominente hasta el más anónimo, participen activamente en el diseño, construcción y evaluación continua de soluciones, podrá salir de esta crisis convertida en una Nación moderna y con calidad de vida.
Eso significa dejar de ser un país como este, donde todos competimos amargamente por la sobrevivencia, para convertirnos en una Venezuela Unida en la que todos cooperemos, cada quien desde su ángulo, cada quien desde su espacio, cada quien con su granito de arena en la construcción del bien común, entendiendo éste no contrapuesto a la felicidad individual sino, por el contrario, como el marco colectivo adecuado para que los proyectos de los individuos puedan alcanzar éxito y plenitud.
Esa es la estrategia, y esa es la táctica. El trabajo es inmenso. Y además, urgente. Urgente en el corto plazo porque el hambre no perdona ni razona. Urgente en el mediano plazo porque 15 años es un tiempo ridículamente corto para construir una economía que no dependa exclusivamente del petróleo sino también del ingenio y del trabajo capaz de convertir en riquezas muchos otros recursos.
Ante los retos de lo urgente y lo importante deben dar un paso al costado las aspiraciones particulares y los proyectos grupales, por legítimos que sean, o que se crean. Sin la Unidad hubiera sido imposible el 6D. SIN LA UNIDAD SERA IMPOSIBLE VENCER LA CRISIS URGENTE EN EL 2016 Y ABRIR CAMINO A LA VENEZUELA UNIDA, LA VENEZUELA DEL FUTURO, A PARTIR DEL 2017. Esta victoria de todos debemos cuidarla, ejercerla y extenderla entre todos ¡Palante!