En la tarde del viernes 11 de agosto de 2017 tres eventos impactaron
a los venezolanos. A tratar de entender sus alcances van dirigidos estas
líneas:
REGIONALES, RENUENCIA
Y RADICALES …
“Los extremos se juntan”, suele afirmar la sabiduría popular. Un buen ejemplo es lo que ocurre con el tema
de las elecciones de gobernadores. Tales
comicios no son “una trampa de la dictadura” ni “una ambición de los
políticos”: Es un derecho constitucional de los ciudadanos, enmarcado en un
avance democrático sustancial como lo es la descentralización, subversiva de
por si frente a un régimen militarista y ultra-centralizador. Pero el régimen no sólo no quiere que haya
elecciones de gobernadores, porque si se hacen las pierde: ¡El gobierno ni
siquiera quiere que haya gobernaciones! Para ellos debe haber un solo mando, el
de la cúpula, y lo que quiere tener en los estados son comisarios,
pro-cónsules, “protectores”, en fin: mandaderos.
Y en esto “la oposición de la oposición” coincide con el
régimen: Ellos tampoco quieren que haya
elecciones regionales porque supuestamente “distraen al país”, y si ocurren
entonces creen que la oposición no debiera participar porque hacerlo seria “convalidar
la dictadura”, acusando además a quienes se postulen de ser “egoístas que sólo
quieren tener un puesto”.
La “oposición de la oposición” desprecia
olímpicamente “la conquista de espacios”… pero el régimen si tiene muy claro su
importancia: Por eso tiene bajo asedio
permanente a la gobernación de Amazonas, por eso el cerco presupuestario sobre
la Gobernación de Miranda, por eso la salvaje represión contra el pueblo del
Estado Lara que tiene a Henry Falcón como gobernador. Por eso hoy 40 de los 70
alcaldes de la Unidad están presos, perseguidos, destituidos o enfrentan
amenazas judiciales: Porque esos “espacios” que la “oposición de la oposición”
desprecia, el régimen los ambiciona, y quiere controlarlos o destruirlos.
Por eso plantearon el viernes 11 y aprobaron el sábado 12 en
la ANC el adelanto de las elecciones regionales para el mes de octubre: Para impedir la realización de las elecciones
primarias de la oposición, y para realizar esos comicios antes de que el pueblo
opositor supere el actual malestar, el “guayabo”, generado por la elección de la
fraudulenta ANC. El régimen confía en
que la prédica de la “oposición de la oposición” generará abstención, y que eso
se traducirá en victorias regionales que el madurismo ni tiene ni merece.
LA “AYUDA” DE TRUMP,
¿A QUIEN AYUDA REALMENTE?
José Miguel Vivancos, director de “Human Rights Watch”,
publicó el viernes 11 en su cuenta @JMVivancoHRW en la red social Twitter este
fuerte mensaje: “Desde que Chávez lo nombró su heredero, nadie le había hecho
un regalo tan grande a Maduro como la estupidez que dijo hoy Trump”, aludiendo
con ello a la afirmación que hizo el presidente estadounidense, en el sentido
de “no descartar el uso de una opción militar en Venezuela”.
Exactamente en la misma dirección se pronunciaron el sábado
12 las cancillerías de países como Colombia, Brasil, Chile y México,
participantes todos de la reciente Cumbre de Cancilleres en Lima, que
desconoció a la fraudulenta ANC.
Igualmente contra la declaración de Trump se pronunció Mercosur,
organismo que hace días expulsó al gobierno de Maduro por violentar la
democracia en Venezuela.
En el plano nacional, veinte organizaciones no
gubernamentales defensoras de los derechos humanos (las mismas, por cierto, que
han arriesgado todo enfrentando y denunciando los abusos del régimen) se
pronunciaron también contra el anuncio del Presidente Trump, afirmando que “una
posible operación militar contra el régimen solo traería más violencia y le
daría justificación para aumentar sus medidas represivas contra quienes lo
critican”.
Si, como dicen los defensores de los DDHH en Venezuela, las
declaraciones de Trump facilitan la represión del régimen contra el pueblo; Si
generan la posibilidad de disenso o fractura en el -hasta ahora- sólido frente de
apoyo internacional a la lucha del pueblo venezolano por la democracia y la
libertad; Si estas declaraciones permiten a un régimen sin pueblo, sin
argumentos y sin política, abrazarse ahora al viejo cuento del
anti-imperialismo patriotero… Si todo esto es así, es válida y muy pertinente
la pregunta: ¿A quien ayuda la “ayudaíta” de Mr. Trump?
EL COMANDO APRESADO
POR UN POLICÍA MUNICIPAL…
En la misma noche del viernes 11, la Policía Nacional
“Bolivariana” perseguía un pequeño auto gris. Esa fuerza “pasa la novedad” a la
Policía Municipal de Sucre, institución que tenía desplegado un rutinario
control vehicular en 15 puntos del municipio. Uno de estos puntos de control
avista el vehículo solicitado, le da la voz de alto, el auto se da a la fuga y
es alcanzado por efectivos motorizados de Poli-Sucre, que -tras detener a los
dos ocupantes y decomisarles una pistola Pietro Beretta calibre 9mm- entrega el
procedimiento a la PNB.
Luego se enterarían en Poli-Sucre que los dos individuos,
que al momento de su detención se identificaron con documentos que resultaron
ser falsos, en realidad respondían a los nombres de Juan Carlos Caguaripano, capitán
de la Guardia Nacional que fuera el líder del supuesto asalto al Fuerte Paramacay
en la ciudad de Valencia, y Jefferson García Dos Ramos, primer teniente de esa
misma fuerza, igualmente implicado en el mismo suceso.
Las dudas que en su momento generaron los hechos de Valencia
se ven ahora reforzadas por las muy extrañas circunstancias que rodean esta
detención: Que los dos militares más buscados por los organismos de
inteligencia y los cuerpos de seguridad del Estado caigan simplemente en manos
de un operativo rutinario de una policía municipal es algo que desafía toda
lógica.
En cualquier caso, las sombras y
justificadas dudas que rodean hechos como estos ratifican lo justo de la
decisión de la inmensa mayoría del pueblo venezolano, que –harto de la crisis y
del régimen que la generó- ha optado por apoyar SIEMPRE en forma masiva sólo
aquellas opciones de lucha que se caractericen por ser PACÍFICAS, DEMOCRÁTICAS,
ELECTORALES Y CONSTITUCIONALES
¡Palante!