sábado, 26 de diciembre de 2015

¡PALANTE ES PA'LLÁ! (Apuntes sobre táctica y estrategia, imprescindibles para no olvidar jamás que sólo unidos es posible ganar)


“Mi táctica es hablarte 
y escucharte 
construir con palabras 
un puente indestructible” 

Táctica y estrategia, Mario Benedetti 

¡Ajá, muy bien, ganamos! Ganamos con las reglas que impusieron ellos, con el arbitro que los alcahuetea a ellos, con el sistema electoral que sobre-representa los circuitos donde ellos siempre habían ganado y con la ausencia de garantías que permitió al gobierno hacer campaña electoral como siempre la ha hecho en estos 17 años: Usando el dinero, los recursos y los medios de comunicación que debieran ser de todos los venezolanos. Ganamos a pesar de tener dirigentes opositores presos, a pesar de que nos inhabilitaron candidatos, a pesar de que se robaron judicialmente partidos completos, a pesar de que pretendieron engañar al país creando una tarjeta que imitaba a la tarjeta de la Unidad y la colocaron al lado de la nuestra para hacer fraude al elector. En esa condiciones ganamos, y lo hicimos por arrase. Destruimos el mito de la invencibilidad de la neodictadura. El David civilista derrumbó con casi ocho millones de votos al Goliath del ventajismo corrupto. Todo eso esta muy bien, pero… ¿Y ahora? 

Ahora viene lo bueno: Para los demócratas el poder es un medio para alcanzar el bien común. Ganamos no para exhibir el poder, ni para hacer negocios, ni para enchufar a los familiares o a los compañeros de partido. Ganamos para construir la Venezuela Unida. La Venezuela Unida es el Proyecto-País: Una nación con una economía libre, abierta, productiva, que por ello mismo sea capaz de financiar una sociedad justa, inclusiva, solidaria, que viva en el marco de una democracia funcional, transparente y de instituciones con pueblo. 

Ese es el objetivo. Es importante recordarlo, pues no debemos confundir táctica con estrategia. El objetivo no es “ganar la Asamblea”, ni “tener un presidente distinto a éste”. Esos son apenas pasos, necesarios pasos, en un camino mas largo e importante: El objetivo es construir una Venezuela del Primer Mundo que le ofrezca alta calidad de vida a todos sus ciudadanos, una Venezuela de la que nadie se quiera ir, a la que puedan regresar todos los que partieron, una Venezuela en la que se pueda vivir con alegría en vez de apenas sobrevivir con temor. Y para construir ese futuro es que tenemos que cambiar este presente…

Enfrentar el hambre y simultáneamente ampliar la Nueva Mayoría es el paso inmediato. Los inventarios de alimentos se encuentran en nivel crítico, como lo ha advertido CAVIDEA, pues las cadenas de suministro están fracturadas por que la producción es intermitente. Y la producción es intermitente porque el acceso de los productores a los dólares para importar materia prima, insumos, maquinarias y repuestos también lo es. El gobierno que tiene dólares para viajes, lujos y subsidios a sus amigotes del exterior no los tiene para garantizar a los venezolanos acceso a los alimentos. 

En el caso de las medicinas ya son escandalosamente numerosos los casos de compatriotas, incluso niños, que mueren por no tener acceso al medicamento, tratamiento o intervención quirúrgica que les hubiera salvado la vida. Una vez resuelta la Ley de Amnistía y Reconciliación, es la escasez, el hambre y la inseguridad lo que será el foco de atención de los 112 diputados del pueblo. 

La Nueva Asamblea Nacional tiene el poder para reconducir el dinero que antes se iba para la burocracia y la propaganda del régimen, para que ahora vaya a atender el hambre y la salud de los venezolanos. Osorio y Ventura, como muchos otros, tendrán que rendir cuenta ante la representación nacional de lo que han hecho y deshecho. Al avanzar desde el ámbito parlamentario en la construcción de soluciones al drama económico y social que golpea a los venezolanos, avanzaremos simultáneamente en el combate a la crisis y en el fortalecimiento y ampliación de la Nueva Mayoría. 

Sencillamente no es posible darle soluciones sostenibles ni permanentes a lo urgente sin atender y resolver lo importante: Tras 17 años de expropiaciones, estatizaciones, controles de cambio y de precios, el resultado es que antes había comida y ahora no, antes había medicinas y ahora tampoco. Y algo mucho más grave: Antes había exportaciones distintas al petróleo (además de crudo y derivados Venezuela exportaba desde aluminio hasta telenovelas, pasando por arroz, cemento, electricidad, etc.) y hoy dependemos única y exclusivamente de las divisas que el petróleo genera. 

Eso es particularmente grave porque el negocio petrolero sufre un declive mundial que no parece reversible. Los inventarios de crudo en el mundo están por encima de 90 %, según reveló recientemente el presidente de PDVSA Eulogio Delpino, lo que podría hacer que los precios internacionales del crudo venezolano bajen aun más, escenario que fue descrito por ese funcionario como “catástrofe”. Delpino estaba hablando de los próximos tres meses, pero la situación no es menos grave si tendemos la mirada a los próximos tres lustros. En efecto, la Conferencia Mundial Contra el Cambio Climático cerró en París el pasado 13 de diciembre aprobando un acuerdo, suscrito por casi 200 países, para restringir severamente en los próximos 15 años el consumo de combustibles fósiles y destinar un fondo de 100 mil millones de dólares para financiar el uso de fuentes de energía alternativas a los hidrocarburos… 

INSISTIMOS: Lo que esta en juego en el corto y mediano plazo no es la estabilidad de un gobierno, sino la viabilidad del país. Los venezolanos tenemos la obligación de redefinir nuestro proyecto nacional para hacerlo sustentable, al basarlo en el trabajo productivo, en la organización seria, en el esfuerzo metódico, ese que es capaz de entender que “distribuir mejor” solo es posible después de resolver como se produce más. 

Esta crisis terminal del modelo económico rentista es también forzosamente el final, en materia política, del paternalismo burocrático y del autoritarismo militarista. Porque solo un país unido puede convertir esta crisis en oportunidad. Solo una sociedad en la que trabajadores, empresarios, científicos, investigadores, profesionales, técnicos, prestadores de servicios, todos, desde el más prominente hasta el más anónimo, participen activamente en el diseño, construcción y evaluación continua de soluciones, podrá salir de esta crisis convertida en una Nación moderna y con calidad de vida. 

Eso significa dejar de ser un país como este, donde todos competimos amargamente por la sobrevivencia, para convertirnos en una Venezuela Unida en la que todos cooperemos, cada quien desde su ángulo, cada quien desde su espacio, cada quien con su granito de arena en la construcción del bien común, entendiendo éste no contrapuesto a la felicidad individual sino, por el contrario, como el marco colectivo adecuado para que los proyectos de los individuos puedan alcanzar éxito y plenitud. 

Esa es la estrategia, y esa es la táctica. El trabajo es inmenso. Y además, urgente. Urgente en el corto plazo porque el hambre no perdona ni razona. Urgente en el mediano plazo porque 15 años es un tiempo ridículamente corto para construir una economía que no dependa exclusivamente del petróleo sino también del ingenio y del trabajo capaz de convertir en riquezas muchos otros recursos. 

Ante los retos de lo urgente y lo importante deben dar un paso al costado las aspiraciones particulares y los proyectos grupales, por legítimos que sean, o que se crean. Sin la Unidad hubiera sido imposible el 6D. SIN LA UNIDAD SERA IMPOSIBLE VENCER LA CRISIS URGENTE EN EL 2016 Y ABRIR CAMINO A LA VENEZUELA UNIDA, LA VENEZUELA DEL FUTURO, A PARTIR DEL 2017. Esta victoria de todos debemos cuidarla, ejercerla y extenderla entre todos ¡Palante!

DE LA ROJA GUARIMBA POST-ELECTORAL AL NECESARIO ACUERDO NACIONAL




Columna publicada el domingo 20-12-2015 en los diarios La Voz y 2001

Que nadie se sorprenda. El Diosdado-Madurismo ha reaccionado frente a los -para ellos- abrumadores resultados del 6D de la única manera que podía hacerlo. No se trata de “ceguera”, de “brutalidad”, de incapacidad física de leer los mismos números que el resto de los venezolanos. Se trata de que ellos viven la política y asumen la realidad sólo desde sus intereses, particulares, mezquinos. A ellos les importa poco o nada la vida, el sufrimiento, la indignación y las esperanzas del pueblo, incluso de ese sector del pueblo -minoritario pero respetable- que todavía votó por el PSUV. 

DOS CAMINOS DEL 6D AL 5E 

Por eso hoy Venezuela se encuentra ante dos caminos. Ambos van del 6D al 5E, de las mesas de votación al Parlamento, del pasado al futuro. Pero aunque vienen del mismo lugar y se dirigen al mismo sitio, los dos caminos son completamente distintos. Uno de ellos es ancho, abierto, soleado. Allí está esa inmensa mayoría que el pasado 6D exigió CAMBIO, y también muchos de que los que ese día votaron por el Gobierno pero que hoy se suman al anhelo nacional de paz. En ese camino hay alegría, sonrisas e, incluso, alivio. ¡Si, alivio! Porque casi todos los venezolanos coincidían en que el país anda mal, en que este estado de cosas no es sostenible, en que este gobierno sencillamente no es viable. Pero algunos dudaban de la posibilidad de derrotar en paz a los violentos, de vencer democráticamente a un gobierno que no es democrático. El 6D vino a demostrar, con hechos, que la multitud ciudadana es más poderosa que los pequeños grupos de la violencia paramilitar oficialista, y que con el voto, con el arma del hombre libre, SI SE PUEDE conquistar el futuro. 

LA ROJA GUARIMBA POST ELECTORAL 

Pero hay otro camino. Estrecho, tortuoso, “culebrero”. Es el camino donde están atascados los que no tuvieron generosidad en sus victorias y ahora muestran pequeñez en la derrota. Es la angosta vereda del resentimiento. Allí, la burocracia repudiada por el pueblo, incluso por el pueblo chavista, ha emprendido una brutal agresión revanchista contra toda Venezuela: A unos les quitaron los taxis con que pretendieron, sin lograrlo, comprarles el voto; A otros los amenazan con quitarle el empleo; A otros les han negado hasta la comida, al suspender operativos oficiales de venta de alimentos “por los resultados del 6D”. En parroquias como el 23 de Enero y en desarrollos urbanísticos de la Gran Misión Vivienda Venezuela, grupúsculos de la violencia mercenaria oficialista han pasado gritando insultos contra los vecinos, porque en las mesas electorales ubicadas en esos sectores ganó la tarjeta “de la manito”, la de la MUD. “Traidores”, han gritado esos sujetos -desde la impunidad de sus motos y sus pistolas- a los hombres y mujeres del pueblo. “Traidor es este gobierno, que no le cumplió al pueblo”, les ha respondido una ciudadanía que perdió el miedo. 

Con gestos patéticos como instalar un anticonstitucional y bufo “parlamento comunal”, con discursos irresponsables como llamar a la “rebelión” contra un supuesto “golpe electoral” y con una campaña de rumores sobre inexistentes impugnaciones para desconocer la voluntad del Soberano, la burocracia repudiada por el pueblo pretende poner obstáculos, barricadas que interrumpan y saboteen la alegría del pueblo. Todos son actos ineficientes, fallidos, pero revelan lo lejos que está el poder de lo que esta hora venezolana exige y demanda. 


¿SABEN QUIEN HABLA DE “CATÁSTROFRE”? ¡SU AUTOR, EL GOBIERNO! 

Porque lo que viene es muy duro, durísimo, para todo el pueblo venezolano y especialmente para los más pobres entre los pobres, los más débiles entre los débiles: los niños, los ancianos, los enfermos. En pleno diciembre, época en que los comercios solían abastecerse para atender la usualmente alta demanda navideña, literalmente no hay comida en los anaqueles, y la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos CAVIDEA informa que no hay manera de resolver los problemas de inventario mientras el gobierno siga asfixiando económicamente a los productores. 

En materia de medicinas pasa lo mismo: A la industria farmacéutica el gobierno le adeuda 4,5 mil millones de dólares, lo que ha dificultado que los venezolanos tengan acceso a medicamentos urgentes para recuperar la salud e incluso para preservar la vida. El inventario de rubros de alimentos de consumo masivo no se puede regularizar porque la producción es intermitente, ya que intermitente es la importación de materia prima. El inventario de medicinas, anunció la Federación Farmacéutica, apenas da para 20 días. 

Pero todo esto lo conocemos, lo sufrimos a diario. Lo que viene puede ser peor, mucho peor. La Reserva Federal norteamericana acaba de decidir un aumento en los tipos de interés del dólar, es decir, aumentó el precio del dinero. Esa es una noticia muy dura para nuestro país, pues nuestra deuda externa es en dólares y ahora será más pesada. Y eso ocurre justo cuando el precio del petróleo se desploma: En efecto, el precio internacional del petróleo venezolano cayó esta semana por debajo de los 30 dólares por barril , lo que lleva a Eulogio Delpino, presidente de PDVSA, a pronosticar una “catástrofe” petrolera para nuestro país en el primer trimestre del 2016, si esta tendencia se mantiene. Para colmo, se acaba de producir un acuerdo de casi 200 países, reunidos hasta el pasado 13 de diciembre en la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático, para reducir drásticamente el consumo de petróleo en los próximos 15 años. 

Es decir: Tras 17 años en que este gobierno destruyó nuestro aparato productivo nacional, acabó con nuestras exportaciones no tradicionales y nos puso a depender exclusivamente de la renta petrolera, nos encontramos en un mundo en que el dólar vale más, el petróleo vale menos y el mundo se organiza para consumir cada vez menos hidrocarburos. Dicho en otras palabras, en los últimos 17 años el gobierno de Venezuela no solo despilfarró una extraordinaria oportunidad, sino que además comprometió la viabilidad misma de nuestra economía, tanto en el corto como en el mediano plazo. 

ACUERDO NACIONAL URGENTE 

Una situación tan grave como ésta sólo puede ser abordada con éxito por una Venezuela Unida, por un país que reúna sus mejores talentos, sus mejores capacidades y que ponga en tensión todos sus recursos y energías, apuntándolas en una misma dirección. Ya no se trata sólo de que podemos quedarnos sin alimentos y sin medicinas en días o semanas. Ya eso es una tragedia. El punto es que el alza en el precio mundial del dólar y la caída del precio internacional del petróleo puede colocarnos, en apenas un trimestre, en una situación que el mismo presidente de PDVSA no vacila en calificar como “catástrofe”. 

La situación es grave, pero más grave aun es la tendencia: La saturación de los inventarios mundiales de hidrocarburos, los acuerdos de la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático para reducir severamente el uso de petróleo y la realidad de una improbable alza en los precios del crudo tampoco seria solución a nuestros problemas, pues tal cuadro haría de nuevo económicamente viables el uso y desarrollo de tecnologías como la obtención de petróleo por fracturación hidráulica (el llamado “fracking”), todo eso plantea la necesidad URGENTE de que en Venezuela se produzca un urgente y amplio ACUERDO NACIONAL entre la sociedad y el Estado, entre los actores sociales y las fuerzas políticas, para enfrentar esta dura situación y transformar esta amenazante crisis en una oportunidad para redefinir y relanzar a Venezuela como “marca” y como proyecto nacional. 

Para eso hace falta un gobierno que convoque a todos, y el de Maduro no convoca ni a los suyos. Llegó la hora de tomar decisiones urgentes, trascendentales, de las que dependerán nuestras vidas y las vidas de nuestro hijos y nietos. Afortunadamente, Venezuela contará a partir del próximo 5 de Enero con un escenario republicano ideal para dar este debate y construir estas soluciones. Una nueva Asamblea Nacional al servicio del país, no del gobierno o de un partido. Esa es la dimensión real del próximo 5E. ¡Palante, que aunque el camino es duro, vamos bien! 

¡GRACIAS, VENEZUELA!


* Palabras que tuve el honor de pronunciar, en nombre de toda la Unidad, la histórica noche del 6 de Diciembre, tras conocerse el resultado electoral con la victoria democrática del Pueblo Soberano, y publicado en los diarios La Voz y 2001 el domingo 13 de diciembre de 2015

¡Comenzó el Cambio, Venezuela! Tenemos razones para celebrar: el país pedía un cambio y ese cambio comienza hoy. La agenda de la paz reinó y la agenda de los ciudadanos se impuso. El voto logró vencer democráticamente a un gobierno que no es democrático. 

Queremos agradecerle al pueblo de Venezuela. A todos: A quienes nos han acompañado durante años, ¡Gracias por su firmeza!; A quienes por primera vez votaron por nosotros, ¡Gracias por su confianza, no los defraudaremos! Y a quienes prefirieron otra opción, nuestro respeto y reconocimiento. A ustedes queremos decirles, especialmente a ustedes, que también ganaron, porque en este proyecto cabemos todos. Éste es un solo proyecto que se llama Venezuela: ¡La Venezuela Unida! 

Venezuela tiene hoy motivos para celebrar, y también muchas razones para reflexionar: Hemos estado divididos durante años, y el país no ha ganado nada con esa equivocación histórica. Es hora de demostrarnos que hemos aprendido de los muchos errores cometidos. Cuando nos dividimos, nos hundimos y perdemos todos. Una nueva mayoría se expresó y mandó un claro y contundente mensaje. Venezuela dio un mandato que es una campanada histórica, un alto en el camino de la destrucción y un llamado que convoca a todos los sectores a enderezar el rumbo de nuestra querida Patria para que, por primera vez en mucho tiempo, podamos pensar en el futuro como Nación, un futuro que le pertenece a nuestros hijos, que merecen una Venezuela distinta. 

Vivimos la peor crisis de nuestra historia. Se hace urgente que todos dejemos las agendas particulares y veamos en este pueblo sufrido un ejemplo de unidad, y que nos preparemos para enfrentar las dificultades. En tal sentido es nuestra responsabilidad mandarle un mensaje claro al Gobierno: el pueblo habló claro… Las familias venezolanas se cansaron de vivir las consecuencias del fracaso. El pueblo no tolerará ni el más pequeño desvío de los principios que están establecidos en la Constitución. ¡No más! ¡Ya basta! ¡Respeten la decisión del pueblo! 

La Unidad sabrá, con humildad, firmeza y responsabilidad, administrar este triunfo que es un triunfo de todos. Este triunfo no llegó para atropellar a nadie… llegar a la Asamblea en Unidad y con deseos de Cambio no implica acabar con las conquistas sociales que el pueblo haya alcanzado ni mucho menos llegará a perseguir y condenar a quienes piensen distinto. Eso, precisamente, es lo que estamos superando. 

Hoy esto cambió: ahora Venezuela tiene una Asamblea Nacional al servicio del pueblo, que se guiará por los principios de la Constitución y esa Constitución será una brújula común que guíe las actuaciones de todos los poderes en Venezuela. Esta victoria histórica, además, es una esperanza real para aquellos que durante este tiempo han sido injustamente perseguidos, encarcelados, inhabilitados o exiliados. Nos comprometemos a devolverles sus derechos como ciudadanos libres para poder verlos junto a nosotros, construyendo el país que viene. 

Con esta victoria empieza un ciclo en la vida política e institucional de Venezuela, con el respaldo de todos los ciudadanos. A nuestros hermanos de la Fuerza Armada Nacional, nuestro mensaje de aprecio y de reconocimiento. Aplaudimos el esfuerzo de los efectivos del Plan República. Ustedes son hermanos y hermanas, padres y madres, con la única diferencia de que visten uniforme y que los compromete con este país el sagrado juramento a la bandera. Un juramento en defensa de nuestra soberanía y nuestra patria. Comencemos un camino en el que el país reconozca en ustedes, hermanos y hermanas con uniforme, una referencia de valentía y que se les respete como constructores de la Venezuela por venir. Y eso empieza por despolitizar la institución y ponerla de nuevo al servicio de todo el pueblo de Venezuela, sacando las ideologías de los cuarteles y no permitiendo que se les pinte de un color. Avancemos hacia el día en el que “gloriosas” sea el único adjetivo que acompañe el nombre de nuestra Fuerza Armada Nacional. 

Y así como debe suceder en nuestros cuarteles, todos debemos vigilar que nunca más las instituciones de la República sean secuestradas por un partido. Vigilemos que nunca más un venezolano crea que haber sido electo para un cargo lo pone por encima de los demás, que nunca más el lenguaje violento y el discurso oficial se confundan, que nunca más un venezolano sea discriminado por pensar diferente. 

Cientos de miles de personas trabajaron en esta campaña. Muchísimos vieron llegar la madrugada del lunes 7, poniendo en juego incluso su integridad física, en el proceso de cuidar el voto de los venezolanos. Sin ellos, esto hubiera sido imposible. También le agradecemos a la comunidad internacional, tanto a los organismos como a quienes participaron como observadores, en especial a los ex presidentes que aceptaron nuestra invitación a acompañarnos. El pueblo venezolano les ha permitido ser testigos de excepción de un momento histórico. 

Nada puede detener a un país que ha decidido transformar su realidad. Es innegable que quienes votaron por nuestra opción y quienes no lo hicieron sufren lo mismo. Y por eso debemos salir juntos de este dolor. Atravesamos una situación económica delicada, con potencial de convertirse en una crisis social y humanitaria inédita en la región. Una crisis que debe ser atendida urgentemente a través de la producción nacional, de hacer lo necesario para ser capaces de producir en Venezuela, productos venezolanos, hechos en casa, hechos por nosotros. Para combatir el hambre, la escasez, la carestía. 

Vamos a contagiar con nuestra esperanza a quienes han sido víctimas del miedo y la mentira. Durante estas semanas a muchos les hicieron creer que esta victoria que tanto nos alegra a nosotros no los incluye. El futuro nos pertenece a todos, porque nuestra querida Venezuela nos pertenece, igualmente, a todos. En nombre de la esperanza y contra el miedo vencimos todos los obstáculos. 

A los jóvenes les aseguramos que van a tener un país donde será posible tener sueños y conquistarlos con trabajo, honestidad y esfuerzo. A los adultos mayores les haremos sentirse orgullosos del tiempo que dedicaron a construir este país. A las madres y a los padres les decimos que el miedo, el crimen y las angustias serán parte del pasado. A quienes tuvieron que irse del país, pronto recordarán lo bien que se siente estar donde uno nació y serán bienvenidos de vuelta. 

Hoy la Unidad está fortalecida. Vamos a celebrar esta victoria en paz, pero también a reflexionar y a trabajar con sentido de urgencia. Hoy ha comenzado el Cambio en Venezuela y que quede claro: no hay una mayoría que quiera aplastar a la minoría. Hoy comenzó el Cambio porque yo cambié, tú cambiaste, todos cambiamos. ¡Venezuela cambió! De este día se dirá que los ciudadanos decididos caminamos juntos. Se dirá que la esperanza siempre es más poderosa que el miedo. Se dirá que fuimos mucho pueblo y que triunfamos con el arma más poderosa que tenemos quienes creemos en la democracia: el voto. 

Venezuela quería un cambio y ese cambio empezó. ¡Gracias, Venezuela! ¡Gloria al bravo pueblo!