Para el miércoles 26 de octubre de 2016 estaba previsto originalmente el inicio de las tres jornadas de recolección del 20% nacional de las firmas del Registro Electoral Permanente, único requisito que la Constitución establece para proceder a la convocatoria del Referendo Revocatorio contra el Presidente de la República (articulo 72 CRBV).
Cuando el 20 de octubre el régimen secuestró judicialmente el Referendo Revocatorio, el 26 de octubre pasó a ser la fecha de la movilización nacional de protesta por ese atropello al derecho del pueblo.
En efecto, ese día se realizó la gigantesca movilización llamada La Toma de Venezuela. En ella ocurrieron dos cosas muy importantes, una positiva y otra negativa: Por un lado fue evidente el rechazo masivo de la sociedad venezolana a la maniobra oficialista; Por otro, fue evidente que con el secuestro del RR se agotaron los acuerdos que hasta ese momento habian mantenido relativamente unida la actividad opositora.
En efecto, en su sesion del martes 25 de marzo la mayoría democrática de la Asamblea Nacional había aprobado debatir la responsabilidad política del Presidente de la República en la crisis nacional, lo que algunos dirigentes políticos y partidos llamaron "el juicio político al Presidente"; Otros partidos y dirigentes sin embargo manifestaron su escepticismo, argumentando que la figura del "juicio político al Presidente" sencillamente no existe en la Constitución. También se planteó en la AN debatir la figura del "abandono del cargo" por parte del Presidente de la República, acción que sectores opositores objetaron por considerar que Maduro en vez de abandonar el cargo lo único que hacia era aferrarse a él, con resultados pésimos para el país. El gran acuerdo que unía a toda la oposición, que era lograr el cambio de gobierno a traves del mecanismo constitucional del Referendo Revocatorio, habia sido bloqueado por la maniobra judicial oficialista. Frente a eso, en vez de una respuesta coherente,el sector opositor solo manejaba iniciativas que ademas distaban mucho de ser consensuales.
Tal situación de dispersión se agravó el dia 26 de octubre -y se hizo evidente sobre la tarima de la Toma de Venezuela, en la autopista Francisco Fajardo- cuando algunos dirigentes políticos convocaron a marchar a Miraflores la semana siguiente, sin que tal convocatoria y sus implicaciones fueran discutidas ni mucho menos aprobadas en la Mesa de la Unidad Democrática.
El 26 de octubre de 2016 pasará así a la historia como la ocasión en que un gigantesco movimiento social de ciudadanos en lucha por la democracia demostró su fuerza y poderío, mientras que al mismo la dirigencia partidista evidenció no estar a la altura ni de la crisis política ni de las expectativas del pueblo.
Eso pasó el 26 de octubre de 2016. El país aun espera que los protagonistas de esos hechos hagan un balance de lo que ocurrió ese día, y también de lo que pasó en los siguientes días y semanas del 2016, un balance de como se despilfarró el gigantesco capital político generado por la victoria del 2015 y de como un revés esperable (el secuestro oficialista del RR) se transformó para la oposición en una catástrofe política para la oposición venezolana. Realizar ese balance, al que nosotros hemos hecho alguna contribución, sigue siendo importante, porque sólo se pueden superar verdaderamente aquellos errores que se asumen a plenitud.
JT
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