Columna publicada originalmente el domingo 18 de septiembre de 2016 en los diarios La Voz y 2001
Aprovechar los
logros implica valorarlos. Resolver los
errores comienza por reconocerlos. Avanzar
depende de saber hacer ambas cosas.
CAPITALIZANDO
LOGROS
Hace exactamente
dos años, a finales de septiembre de 2014, la situación de la oposición era muy
dura y la del país, ahora lo sabemos, apenas empezaba a empeorar: Las fuerzas democráticas venían de
protagonizar amargos enfrentamientos entre ellas por diferencias importantes
sobre táctica y estrategia, mientras que el país registró precisamente en esa semana el inicio
de la caída de los precios internacionales del petróleo.
En ese complejo
contexto el reto inmediato que los demócratas enfrentábamos era: Reagrupar la oposición, relanzar la MUD,
realizar las elecciones primarias, construir los consensos indispensables,
lograr la tarjeta única y ganar las elecciones parlamentarias. Desde el traumatizado panorama de finales de
2014, todo eso parecía imposible. ¡Pero lo logramos!
Y esos logros
del 2015 tuvieron una clave: COHERENCIA.
Pese a los ataques del gobierno, pese incluso al escepticismo e incredulidad de
buena parte del pueblo opositor, construimos una VISION COMPARTIDA de la
crisis; En el marco de esa visión compartida, elaboramos unos PROTOCOLOS DE
RESPUESTA que nos permitieron ser proactivos frente a los escenarios que
pudieran surgir de manera sobrevenida; Para conducir ese accionar estructuramos
una DIRECCIÓN COLECTIVA que efectivamente era ambas cosas, plural y dirigente...
ASUMIENDO
ERRORES
Pero la victoria
no es sólo motivo de satisfacción y júbilo.
También implica nuevas responsabilidades. En ese sentido recorrimos desde el 6D de 2015
hasta el 1S de 2016 un camino complejo. El gobierno no sabe ser minoría. Nosotros, preciso es reconocerlo, estamos
aprendiendo con menos rapidez que la necesaria lo que implica ser mayoría. Así hasta que llegamos al 1 y 2 de
septiembre, cuando el efecto sumado de La Toma de Caracas y del “Efecto Villa
Rosa” en Margarita ponen de manifiesto que la Unidad Democrática es mayoría con
calle y control, y que el gobierno no es capaz de controlar ni a sus anillos de
seguridad.
Estando el campo
democrático en esa posición de indudable fortaleza, ocurren dos cosas que nos
recuerdan que siempre se pueden cometer errores, y que ante esa eventualidad la
única conducta correcta es reconocerlos para poder superarlos: Por un lado, el pánico que en algunos
círculos oficialistas desata el “Efecto VillaRosa” los lleva a pedir “diálogo”
con la condición de que los primeros encuentros no sean “públicos”. La Unidad, con la urgencia de utilizar todos
los espacios posibles para exigir que sean retirados los obstáculos ilegales
que el gobierno ha puesto en el camino al RR2016, acepta iniciar ese proceso de
acercamiento que apenas dura dos reuniones, pues los problemas internos del
oficialismo detienen las conversaciones, impiden que se realice la tercera
reunión y hacen que el lunes 12 un dirigente del oficialismo, que había sido
excluido por ellos mismos de tal proceso, “denuncia” públicamente la existencia
de las reuniones (que ellos mismos habían pedido) y el carácter “secreto” de
las mismas (que ellos mismos habían solicitado).
¿Cuál fue el
error opositor? ¿Haber ido a esas reuniones? En realidad, no. Dialogar
jamás será un error, pues el diálogo es el centro del concepto democrático de la política y de la
vida social ¿Haber aceptado el carácter privado que el oficialismo puso
como condición para el encuentro? Tampoco, porque si la discreción era la
condición para que el contacto se hiciera, y establecerlo era legítimo y
necesario, conservar tal discreción también lo era. El error en realidad
estuvo en no haber reaccionado con rapidez (y con confianza en el país) ante
las supuestas revelaciones del oficialista resentido que, por haber sido
excluido de ese proceso por sus propios compañeros, intentó y logró, al menos
por ahora, dinamitar el incipiente encuentro.
Hemos debido explicarle al país con lujo de detalles, la misma noche del lunes 12 de septiembre,
quienes se habían reunido, porqué , para qué, buscando qué objetivos, que había
pasado en esas reuniones y porque las contradicciones internas del gobierno
habían hecho abortar una conversaciones que ellos mismos habían pedido. Todo eso debió ser explicado al país la misma
noche del lunes 12 de septiembre, y nos hubiéramos ahorrado una semana completa
de autoflagelación , dudas y recriminaciones.
Otro ejemplo
claro de autogol son las polémicas declaraciones que un diputado opositor, que
además ejerció la vocería internacional de la MUD, emitió sobre el tema
MERCOSUR. Como en la oposición democrática no existe el “delito de
opinión”, el error aquí esta no en la
declaración misma sino en el hecho de que la misma debió ser formulada a título
personal, ya que ni el partido en que milita ni la alianza en su conjunto
comparte la tesis que en su declaración sostiene. Al no hacerse esa necesaria precisión, tenemos nuevamente un episodio de confusión y
malestar, aprovechado exhaustivamente por el régimen y sus aliados.
¡AVANZAR!
Vivimos semanas,
días, horas cruciales. Las condiciones en que será recabado el 20% se definen,
con inexcusable retraso del CNE, esta semana.
De esa definición depende que el RR sea efectivamente en 2016, porque si
las condiciones del 20% son legales podremos obtener un resultado tan amplio
que obligue al Gobierno-CNE a convocar el Revocatorio antes que termine
Diciembre. Todo eso está en juego, y la
experiencia de estos últimos 24 meses demuestra que para ganar hay capitalizar
y extender los logros, y reconocer y corregir
los errores.
Además hay que tener
claro que la labor cizañera de los laboratorios del régimen y de los
extraviados que creen que ésta no es la hora de rescatar el país sino “su” hora
para disputar “el liderazgo en la oposición” no nos lleva no a resolver los
errores, sino a profundizar y extender sus efectos. Es indispensable entonces que tengamos
TODOS, ciudadanía y dirigencia, la actitud y la aptitud necesarias para mantener,
fortalecer y expandir nuestra unidad, nuestra coherencia, nuestra confianza en
nosotros mismos. Los días por venir no
pueden ser de enfrentamientos de la MUD contra la MUD, de la oposición contra
la oposición. La única confrontación que
aquí esta planteada es la del país contra el régimen. Y esa confrontación la vamos a ganar, en paz
y por la paz. ¡Palante!
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